jueves, 29 de enero de 2009

QUE ALGUIEN HAGA ALGO, POR FAVOR

El mejor escribiente echa un borrón, decían hace muchos años los mayores en una versión laica del evangélico no juzguéis y no seréis juzgados. Sin embargo, el borrón que retrata la fotografía de la izquierda es de dimensiones enormes y culpas colectivas. Podríamos decir que se trata de un borrón recalcitrante. Porque alguien ha tenido que redactar el borrador, otros muchos -la asamblea de vecinos cabreados del barrio alcalaíno de La Garena- han tenido que darle el visto bueno, alguien ha tenido que trabajar con él en la imprenta o la fotocopiadora y, finalmente, algunos más lo han tenido en sus manos antes de distribuirlo por las calles de la ciudad donde nació Cervantes.
Los controles de calidad han fallado estrepitosamente a lo largo de todo el proceso de elaboración. Y esos fallos en cadena me parece a mí que son muy representativos de la descuidada relación que muchos ciudadanos mantienen con esa patria común que es el idioma. No hay más que ver cualquier canal de televisión para horrorizarse con los mensajes escritos que mandan los espectadores con sus teléfonos móviles.
La fotografía de abajo refleja otra falta mucho más leve desde el punto de vista técnico, pero mucho más grave desde el punto de vista social y político. Porque la responsabilidad de este segundo gazapo -esa clamorosa ausencia de la tilde en el frontispicio de la oficina donde se elaboran las estadísticas locales- corresponde nada menos que a la autoridad municipal de la ciudad donde nació Cervantes, ciudad que aspira a ser elegida capital europea de la cultura en años venideros.
Dicen que los romanos impusieron el latín sobre la base de no atender reclamación alguna que fuera presentada en otro idioma. Quizá debiera hacerse ahora lo mismo y dar por no presentada toda petición que no se ajuste a las normas de la lengua escrita. Dicen que en la universidad hay catedráticos de disciplinas diversas que se niegan a dar el aprobado a aquellos alumnos que entregan exámenes con faltas de ortografía. Quizá debiéramos promover un poderoso movimiento social de respaldo público a tan encomiable actitud.
En algún sitio tengo leído que la sintaxis y la ortografía son disciplinas del alma, herramientas imprescindibles para logar eso que suele llamarse a veces "una cabeza bien amueblada". Parece evidente que en la cabeza que no maneje con cierta soltura esas herramientas no reinará el orden cartesiano, sino el barullo.
No soy conocedor de las modernas técnicas pedagógicas y no sé si sería mucho pedir (a lo mejor es una barbaridad) que nuestros educandos, desde el primer día que pisan la escuela hasta el día en que la abandonan camino de los estudios superiores o del trabajo, sean sometidos a la dura rutina de un dictado diario. Digamos diez minutos, al cabo de los cuales los escolares tendrían que repetir en sus cuadernos -pongamos diez veces- las palabras mal escritas. Ahora que el Supremo acaba de dar luz verde a Educación para la ciudadanía, se me ocurre que ésta sería una de las asignaturas adecuadas para el dictado obligatorio. Como dijo Felipe González hace muchos años, tendríamos así "dos por el precio de uno": los chicos se irían familiarizando con los valores de la convivencia democrática al tiempo que adquirían un conocimiento de las reglas para el uso correcto del idioma. En caso de cansancio, podrían tomar el relevo los profesores de lengua y literatura.

martes, 27 de enero de 2009

ZP EN TVE: EL DIFÍCIL EQUILIBRIO DE PREDICAR SIN DAR TRIGO

"Vale, Zapatero, luego te doy mi currículum". Esta apostilla, espontánea y directa, de Izaskun, la joven con síndrome de Down, fue la frase de la noche. Y no sólo porque en ese momento hubiera ocho millones de espectadores sentados frente al televisor, sino porque resume lo que pasó a lo largo de hora y media de diálogo entre aquellos ciudadanos elegidos al azar y el Presidente del Gobierno: los entrevistadores improvisados buscaban respuestas concretas, soluciones adecuadas para los problemas que les agobian o les quitan el sueño, pero Rodríguez Zapatero sólo podía ofrecerles ánimo, consuelo y explicaciones generales que intentaban ser lo más pedagógicas posible. ¿Qué consuelo encontrará aquel a quien se ha negado un crédito en una explicación -perfectamente clara y detallada, por lo demás- que demuestra que no se ha regalado dinero a los bancos?
¿Qué se le puede decir a quien acaba de quedarse en paro, a quien no puede pagar la hipoteca, a quien lleva diez años peleando para que la justicia resuleva su caso, a quien vió cómo quebraba su negocio, a quien no encontró un empleo acorde con sus capacidades? Con crisis y sin crisis cada uno tiene que buscarse la vida, como dijo el constructor de Baleares, y esto no tiene vuelta de hoja.
Rodríguez Zapatero dijo ser consciente de los muchos problemas que están sufriendo los ciudadanos y aseguró que había ido allí para dar la cara. Pero, en mi opinión, le faltó coraje para decir la verdad, para decir lo que piensa, en algunos pasajes clave. Claro que, si hubiera tenido un arranque de sinceridad, todos se lo habrían reprochado y nadie habría tenido el valor de reconocer que las cosas -algunas cosas- son como son y no van a cambiar. Somos así de hipócritas. Por ejemplo, ningún Gobierno de ningún país del mundo va a comprar un Seat Toledo para llevar a su Presidente de un lado a otro. El poder tiene unas necesidades de representación y esas necesidades las cubre el Palacio de la Moncloa, pero no las cubrirían las "soluciones habitacionales" que promovía María Antonia Trujillo cuando pasó por el Ministerio de la Vivienda. Esas necesidades del poder las cubren Audi y Mercedes, pero no los modestos utilitarios llamados a ser carne de atasco en todos los asfaltos.
Otro ejemplo: la venta de armas a Israel. A saber lo que hace el Ejército hebreo con esas armas, pero, si no se las vendemos nosotros se las venderán otros y aquí aumentará un poquito más el paro. En el caso del aborto, Rodríguez Zapatero fue muy claro al asegurar que habrá una ley de plazos en esta legislatura. Pero tuvo miedo de ofender a alguien cuando el cura le pedía su opinión sobre si un embrión es un individuo. La respuesta es no, queridos lectores de Zulema Digital, pero yo no tengo que preocuparme de ningún sillón y ZP sí.
Me sorprendió su empecinamiento en no reconocer errores en relación con la crisis económica, de la que sigue culpando en exclusiva al desplome financiero que se originó en USA. Como si aquí no hubiéramos tenido una gran burbuja inmobiliaria, un crecimiento elefantiásico, del que advertían los expertos y frente al que ni su Gobierno ni los anteriores hicieron nada. Y por lo que dijo en relación con el paro y los objetivos de conseguir el pleno empleo, cabe deducir que él también se apunta a la teoría de que dimitir es de cobardes. Cuando alguien le inquirió al respecto, contestó que los ciudadanos le habían elegido para gobernar el país en estas difíciles circunstancias. Pero lo cierto es que habrá un nivel de paro, el que sea, a partir del cual debería considerar que su gestión ha fracasado y convocar elecciones anticipadas.
Confianza en el país, seguridad en nosotros mismos, los que puedan consumir que consuman, optimismo, porque la economía "no es sólo cuestión de dinero, sino un estado de ánimo". Rodríguez Zapatero dio lo mejor de sí mismo en el empeño de lanzar una y otra vez este mensaje de esperanza en que llegará el día de la recuperación. Pero no ofreció datos objetivos en los que sustentar el convencimiento de que pueda estar próximo. Las encuestas inmediatas dijeron que a la mayoría de los espectadores la actuación de Rodríguez Zapatero les había parecido bien y le daban un aprobado alto, pero los gestos de que quienes estaban con él en el estudio parecían denotar que sus palabras iban por un lado y la realidad por otro.

domingo, 25 de enero de 2009

LA EPA Y LA CICLOGÉNESIS EXPLOSIVA

Mientras el fortísimo temporal -con olas de hasta veinte metros- azotaba el norte de la península, otro vendaval incontenible nos zarandeaba desde el centro mismo, concretamente desde los ordenadores del INE que han hecho la fotografía del mercado laboral en 2008. Entre la EPA y la ciclogénesis -fenómeno causante de los vientos huracanados del norte- nos han sobrecogido el ánimo durante el fin de semana.
No contribuyó nada a recuperar la necesaria serenidad el Ministro Sebastián con su peregrina llamada al consumo patriótico. Sus palabras casi sonaron a un sálvese quien pueda bastante egoísta. Que el Ministro de Industria de un país que recibe sesenta millones de visitantes cada año, les pida a sus ciudadanos que no vayan de vacaciones al extranjero es un "patinazo" considerable. Porque los ministros de esos países de los que proceden tantos turistas podrían hacer lo mismo, con el consiguiente daño para todos.
Se sabía que la Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre de 2008 venía cargada de malas noticias, pero el Gobierno dio la impresión de estar desbordado -quizá también un poco austado- por la profundidad de la crisis y por el acelerado crecimiento del paro. Mariano Rajoy -sobreponiéndose al miedo de estar siendo espiado por sus propios compañeros- habló de "drama nacional" para referirse a ese 14 por ciento -3,2 millones - de desempleados que refleja la estadística del INE.
Uno de los datos que más se han destacado es el de las 800.000 familias en el que todos sus miembros están en paro, pero yo recuerdo que en las EPAS de la primera mitad de los noventa el número de familias con todos sus miembros activos sin empleo se elevaba hasta un millón. No se trata de negar la gravedad de la situación que atravesamos, pero sí de ponerla en perspectiva. En el año 93, con una población activa de apenas 16 millones de personas, estuvimos al borde de los cuatro millones de desempleados, lo que significaba una tasa de paro del 25 por ciento. En estos tres lustros nuestra población activa ha crecido casi un 50 por ciento (ahora somos 23 millones los que estamos en edad y disposición de trabajar) y por tanto, en términos porcentuales, el panorama es más llevadero. Siguiendo la terminología de Rajoy, podríamos decir que estamos ante un drama nacional, pero de dimensiones más pequeñitas que el que teníamos después de los recordados fastos del 92.
Este lunes el Presidente del Gobierno se va a someter a las preguntas de los ciudadanos en una nueva entrega del programa "Tengo una pregunta para usted". Vamos a ver si consigue transmitir una impresión más esperanzadora que su Vicepresidente Económico, quien aseguraba estos días de atrás que "ya hemos agotado todo el margen de que disponíamos contra la crisis". En todo caso nos moveremos en el terreno de las impresiones y de las conjeturas, porque recetas mágicas no hay. Cuando ataca la ciclogénesis lo mejor es quedarse en casa a resguardo y no tratar de exhibirse a cuerpo gentil por el paseo marítimo.

jueves, 22 de enero de 2009

¿DESAPARECERÁN LOS PERIÓDICOS DE PAPEL?

Semanas atrás los trabajadores de EL PAÍS llevaron a cabo un par de jornadas de huelga para protestar por los cambios y reestructuraciones que ha puesto en marcha el Grupo Prisa. La nueva estructura empresarial, que entrará nen vigor el 1 de Marzo, supone la fusión en una sola de las redacciones que trabajaban, por un lado, para la edición en papel y, por otro, para Internet. El impulsor de esta pequeña revolución interna es Juan Luis Cebrián, el Consejero Delegado, que fue un gran periodista, pero que, como empresario, yo creo que dramatiza un poco, con la comprensible intención de que sus subordinados se traguen la píldora.
"Dentro de cinco años -dijo Cebrián ante la asamblea de redactores- con toda seguridad existirán periódicos escritos sobre papel; dentro de diez, si se hacen las cosas precisas, a lo mejor, probablemente sí; pero en quince años no estoy seguro de que sigan existiendo tal como los conocemos hoy; existirán si luchamos para que existan". Una vez trazado ese panorama tan sombrío, la conclusión parecía lógica: el plan de reestructuración que él promueve "es la única forma viable para que dentro de diez años EL PAÍS siga existiendo, y para ayudar a la supervivencia del resto de la prensa escrita".
Para adelantarse al escepticismo, la susceptibilidad e incluso la hostilidad reinante, Cebrián añadió que "la tasa de mortalidad de los periódicos es altísima; la fiesta ha terminado para todos, hay que afrontar cambios estructurales en la prensa".
Cuando leí esta información -en la edición digital, por cierto- recordé la fecha del 4 de Mayo de 1.976, día en que EL PAÍS se estrenó en los quioscos. Su éxito fue extraordinario e inmediato. En cuestión de semanas se había convertido en el periódico de referencia para toda la gente que quería una democracia plena para España. Franco había muerto medio año antes y el diario dirigido entonces por Cebrián, subido a la cresta de aquella ola incontenible, se transformó en el más formidable ahormador de la opinión pública española. Y eso que llevaba cantidad de "plomo" en sus páginas, es decir, mucho texto, titulares pequeños y pocas fotos. Lo mismo que le pasa a este "bloguero" después de más de treinta años de cita diaria ininterrumpida con sus reporteros y articulistas.
Puede que Juan Luis Cebrián -que alguna vez ha dicho que, si ahora tuviera que fundar un nuevo periódico, lo haría directamente en Internet- lleve razón, puede que esté en lo cierto cuando afirma que la industria de los periódicos, nacida en el Siglo XIX de la mano de la revolución industrial, se ha acabado. Desde luego, la diferencia de costes entre "fabricar" un periódico en papel y publicarlo en la Red es tan abismal que muy posiblemente la versión tradicional irá desapareciendo. Por ejemplo, el BOE, instrumento esencial de comunicación entre el Gobierno y los ciudadanos, ya ha dejado de editarse en papel y antes de su pase definitivo a Internet sólo contaba con unos 20.000 suscriptores.
A largo plazo, los periódicos podrían seguir el mismo camino que el BOE, a pesar de contar a día de hoy con tiradas de cientos de miles de ejemplares. Y no sólo está el problema de los costes. Los periódicos gratuitos hacen una competencia feroz y las masas de lectores jóvenes, además de estar más acostumbrados al ordenador, no parecen muy dispuestos a rascarse el bolsillo cada mañana. Problamente estamos asistiendo al nacimiento de unas generaciones que sólo se cren aquello que han visto en un a pantalla, del mismo modo que las generaciones de la Galaxia Gutemberg sólo nos creíamos aquello que veíamos impreso negro sobre blanco.
Puedo imaginar, pues, un mundo sin periódicos de papel, pero preferiría no estar allí cuando llegue. Y espero que la predicción de Cebrián, sin llega a cumplirse, tarde mucho más de esos quince años de esperanza de vida que él establecía ante los redactores del diario que dirigió durante varios lustros.

martes, 20 de enero de 2009

OBAMA Y LA RECONSTRUCCIÓN DE AMÉRICA (Y DEL MUNDO)

"A partir de hoy tenemos que levantarnos, sacudirnos el polvo e iniciar la tarea de reconstruir América", dijo el nuevo Presidente de los Estados Unidos en el momento culminante de una ceremonia en la que volvió a demostrarse el talento de los norteamericanos para el espectáculo. Esa reconstrucción no sólo es necesaria en el terreno de las infraestructuras, de la reactivación económica, de la mejora de las escuelas y la sanidad, las prestaciones sociales o la creación de nuevos puestos de trabajo. Es necesaria sobre todo en el ámbito moral, porque demasiadas cosas, desde la guerra de Iraq a las hipotecas envenenadas, han deteriorado la ambición siempre sostenida de que USA ejerciera el liderazgo mundial. La última guinda, apenas unas horas antes de que Obama jurase su cargo, la ha puesto el propio Tribunal Supremo, admitiendo que pruebas obtenidas por medios ilégitimos puedan ser utilizadas en los juicios.
Casi todo el discurso inaugural del nuevo Presidente estuvo centrado en ese terreno de los valores morales, por ejemplo cuando invocó los ideales de los "padres fundadores" como luminarias que deben seguir alumbrando al mundo. Ideales que se condensan "en la promesa divina de que todos los hombres nacen iguales, libres y merecedores de la máxima felicidad posible". Obama reconoció que América asiste al comienzo de su mandato acosada por el miedo a que el declive de su hegemonía sea inevitable. Y subrayó sin rodeos y desde los primeros párrafos que "vivimos inmersos en una grave crisis, involucrados en dos guerras y con la economía debilitada por la irresponsabilidad de algunos".
Visto con los ojos de un espectador europeo, el discurso de Obama -menos brillante, quizás, de lo que se esperaba- podría calificarse como un discurso de inspiración socialdemócrata, aunque esta sea una palabra maldita en el vocabulario político de Norteamérica. Dijo muy claramente que "la nación no puede prosperar si deja que el mercado se le escape de las manos", que los beneficios de la prosperidad deben llegar a todos, que el Gobierno debe ayudar a las familias que lo necesiten y que los Estados Unidos no pueden seguir despilfarrando los recursos naturales del planeta. En el terreno de la política exterior, Obama ofreció diálogo y cooperación "a todos los que buscan la paz"; y especialmente significativa fue su llamada al mundo musulmán para trabajar juntos por la paz "desde el respeto mutuo". No dijo nada de los caminos de la paz y la guerra en Oriente Medio, y esta fue una carencia llamativa en su alocución.
En el escenario azul, blanco y rojo montado en las escalinatas del Capitolio la música de Obama sonó bien. No era el suyo un discurso de investidura, sino un parlamento solemne para subrayar los valores, los principios y las ideas-fuerza que constituirán el esqueleto de su acción de gobierno. Ahora vamos a dar tiempo al tiempo para ver hasta dónde sus obras hacen honor a sus palabras, porque uno tiene la impresión de que las expectativas levantadas con su llegada al poder parecen exageradas, como exagerado es ese ochenta por ciento de ciudadanos norteamericanos que dicen confiar en él. Todo el mundo quiere subirse al carro del vencedor.

domingo, 18 de enero de 2009

SOLBES Y EL GOBIERNO SE PASAN AL TENEBRISMO

A lo largo de 2008 Rodríguez Zapatero forcejeó con el idioma (y también con la oposición parlamentaria) para evitar que saliera de sus labios la palabra crisis. En una larga entrevista periodística concedida antes de las últimas vaciones veraniegas todavía aseguraba que "es opinable si hay crisis o no hay crisis". El Presidente seguía siendo fiel a esa imagen que se había forjado de sí mismo como "un optimista antropológico" y probablemente estaba convencido de que entre sus funciones entraba la de infundir ánimos y confianza a la gente aun en las circunstancias más adversas. Como escribía hace unos días mi admirado Raúl del Pozo, a nadie le gusta un tabernero triste; y desde luego un Jefe de Gobierno pesimista y taciturno sería percibido casi como una pesadilla. Así que ZP y sus asesores lanzaron el mensaje de que lo mejor estaba por llegar, éramos una locomotora imparable lanzada hacia el futuro, habíamos superado a los italianos en renta per cápita y nuestro siguiente objetivo eran los franceses.
Pero la gente acaba cansándose de todo, hasta de la alegría y del optimismo. Y ese cansancio puede convertirse en cabreo al ver y sufrir una realidad tan poco parecida al mundo näif que nos pintaba el Presidente. ZP y los suyos parecen haber comprendido que no se podía seguir tratando a la ciudadanía en general como tratamos a un niño cuando no queda más remedio que convencerlo para que se tome una medicina amarga. De ahí el golpe de timón protagonizado por Pedro Solbes el viernes pasado en La Moncloa.
"Solbes anuncia la peor recesión", este era el titular a toda plana con el que "El País" encabezaba su información sobre las nuevas previsiones económicas presentadas por el Vicepresidente Segundo. "El panorama es muy complicado -decía Solbes-, vamos a vivir momentos muy duros en este 2009". Y dibujó un cuadro cuyos colores parecían extraídos de la paleta de esos pintores tenebristas que habitan en el Museo del Prado. El Producto Interior Bruto caerá un 1,6 y las cuentas públicas se deterioran a una velocidad de vértigo: si en 2007 presentaban un superávit de 18.000 millones de euros ( un 1,5 del PIB) en 2008 cerraron con un déficit de más de 40.000 millones y en 2009 alcanzarán la cifra de 70.000 millones, el 6 por ciento del PIB. Ese déficit hay que financiarlo y el Estado se verá obligado a pagar intereses más altos para encontrar prestamistas. Menos mal que el saneamiento de ejercicios anteriores había permitido reducir el nivel de deuda pública hasta el 40 por ciento del PIB (una de los mejores ratios de Europa ) y eso le otorga un buen margen de maniobra al Gobierno, cuyo Presidente ha prometido mantener el gasto social contra viento y marea.
¿Y qué decir del desempleo? Las propias previsiones de Solbes anuncian la destrucción de otros 600.000 puestos de trabajo. A esto habría que añadir el previsible crecimiento de la población activa (la que está en edad de trabajar y busca empleo), lo que nos da otro millón más de parados hacia finales de 2009. El Vicepresidente económico no ha querido poner en el disparadero a su compañero en el Ministerio de Trabajo y afirma que nos moveremos "entre los tres millones y medio y los cuatro millones de desempleados". Una tasa de paro que es el doble de la que registran en Estados Unidos, considerada allí como una auténtica catástrofe.
En un intento de repartir las culpas, Pedro Solbes dijo sin rodeos que no estaba satisfecho con el comportamiento de la banca y que ésta tiene que "arrimar el hombro" para salir del atolladero. Arrimar el hombro significa conceder más créditos, ¿pero cómo concederlos, si las familias o las empresas no los solicitan? La economía es ese mundo paradójico en el que la práctica de una virtud privada, como es el ahorro, puede conducir a una calamidad pública, como es la caída de la demanda y todas las consecuencias que lleva aparejadas.

viernes, 16 de enero de 2009

CORBACHO SE REAFIRMA EN QUE NO LLEGAREMOS A LOS 4 MILLONES DE PARADOS

El Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ha reafirmado en el Congreso su convicción de que España no llegará a la cifra fatídica de 4 millones de pardos, a pesar de la intensa destrucción de empleo que se está registrando en los últimos meses. El Gobierno sigue confiando en que el segundo semestre de 2009 marque el punto de inflexión hacia una lenta recuperación del número de ocupados, que irá acelerándose a lo largo de 2010.
El titular de Trabajo hacía estas declaraciones antes de comenzar una comparecencia en la que explicó las líneas de actuación de su departamento para el presente año. Entre estas líneas destaca la posible reforma de la legislación sobre los Expedientes de Regulación de Empleo. El Ejecutivo quiere que los planes sociales y de recolocación sean un requisito imprescindible de los ERE, que se aumente hasta 52 años la edad mínima partir de la cual pueden aplicarse las prejubilaciones y "estudiar la reposición de las prestaciones percibidas por los trabajadores por suspensión temporal de contrato, cuando a posteriori se produzca otro expediente que origine la extinción del mismo".
El portavoz del Partido Popular en la Comisión de Trabajo, José Ignacio Echániz, dijo que su grupo estaría dispuesto a apoyar esta nueva legislación sobre los ERE, pero al mismo tiempo echó en cara al Ministro su actitud contradictoria, ya que, según Echániz, por un lado critica los expedientes que incluyen prejubilaciones incluso a partir de los 48 años y luego les da el visto bueno cuando se le presentan oficialmente.
Echániz pronosticó que el paro seguirá creciendo a lo largo de 2009, hasta alcanzar la tasa del 17 por ciento de la población activa, lo que en términos absolutos significaría elevar la cifra de desempleados hasta el listón de los 4 millones.
El Instituto Nacional de Estadística publicará el próximo día 23 la Encuesta de Población Activa correspondiente al cuarto trimestre de 2008. Esos datos, que no se esperan nada halagüeños, junto con los que proporcione el INEM sobre el paro registrado en el mes de Enero, constituirán la sustancia de la comparecencia del Presidente del Gobierno al inicio del próximo período de sesiones en el Congreso.
Mientras seguía las intervenciones de Corbacho y de los portavoces de los distintos grupos, me estuve preguntando hasta qué punto el Ministro de Trabajo se juega el cargo con esa afirmación tan rotunda de que no llegaremos a los 4 millones de parados. Hay que tener en cuenta que a la rápida destrucción de puestos de trabajo se suma un acelerado crecimiento de la población activa, que en los últimos 12 meses se ha incrementado en 650.000 personas. Así que el Ministro se está poniendo él mismo en el disparadero, si bien el verbo dimitir no es de los que más se conjugan en España. En estos últimos días el Presidente del Real Madrid ha vuelto a invocar la doctrina de que dimitir es de cobardes y la Ministra de Fomento, atrapada por las nevadas y otras imprevisiones, ha dejado claro que ella no se mueve de su silla hasta que el Presidente la eche. Pero una cosa en la que coinciden todos los Presidentes es en la pereza que les da la tarea de hacer crisis de Gobierno. El tiempo dictará sentencia.

miércoles, 14 de enero de 2009

NUESTROS JUECES PERVIERTEN EL DERECHO DE HUELGA

España es un país raro -apasionante creo yo, pero raro- en el que ocurren a veces cosas increíbles. Por ejemplo, esa huelga de jueces -titulares de uno de los tres poderes del Estado- contra el Gobierno socialista. Increíble también que el Partido Popular asegure estar de acuerdo con las exigencias de los presuntos huelguistas, cuando una de esas exigencias, al menos, choca de lleno con otro de los poderes del Estado, el Legislativo, a quien corresponde en exclusiva la aprobación de las leyes.
El derecho de huelga es una conquista histórica del movimiento obrero. Su ejercicio, acompañado muchas veces de graves sufrimientos, ha contribuido a la construcción de un mundo un poco más justo, un poco más decente que el que conocieron las generaciones del pasado. El derecho de huelga es hoy una característica esencial del estado democrático. Ningún país puede reclamar para sí las credenciales democráticas si no tiene reconocido y protegido este derecho.
Pero desgraciadamente hay colectivos que ejercen este derecho de la manera más torticera, no para exigir unas condiciones de trabajo más justas, sino para consolidar y ampliar los privilegios de que disfrutan. No hay más que ver lo que está pasando estos días con los controladores de Barajas y los pilotos de Iberia. Los ciudadanos en general son tomados como "rehenes" por los huelguistas para así arrancar más fácilmente de sus empresas o del poder político las concesiones que reclaman.
En el caso de los jueces, este abuso descarado de un derecho constitucional llega al paroxismo. Parecen olvidar que su misión es hacer cumplir las leyes, controlar que el comportamiento de los ciudadanos y de los otros poderes del Estado se ajuste a lo establecido en las normas. Con su actitud están rompiendo ese delicado mecanismo de equilibrios y contrapesos que constituye lo que llamamos el estado de derecho. Precisamente por la alta función que la sociedad les encomienda, los jueces tienen prohibido crear sindicatos o ir a la huelga. Pese a esa limitación de los derechos constitucionales, tienen cauces más que sobrados para hacer llegar sus inquietudes, sus malestares y sus propuestas a la opinión pública y a los otros poderes del Estado.
Lo que está detrás de esta convocatoria (a la que sorprendentemente se han sumado los miembros de Jueces para la Democracia) es el intento de hacer pagar un alto precio al Gobierno de Rodríguez Zapatero por los desencuentros recientes. "Mis hijos han dicho papá p`alante y su padre no va a dar ni un paso atrás", asegura el juez Tirado en una arenga dirigida por Internet al resto de sus colegas. Mejor nos habría ido -y se habrían evitado algunos hechos luctuosos- si el juez Tirado hubiera mostrado la misma determinación en la ejecución de las sentencias dependientes de su jurisdicción. Lo que está detrás de esta huelga es una judicatura ampliamente dominada por los sectores más conservadores, dispuestos a desgastar al poder socialista a costa de lo que sea.

lunes, 12 de enero de 2009

ZP Y LA PÁGINA WEB CONTRA EL PARO

Las últimas cifras sobre el número de parados inscritos en el INEM han encendido todas las luces rojas. En los últimos doce meses más de un millón de personas han ido a engrosar las listas de desempleados hasta superar ampliamente los tres millones de parados. Celestino Corbacho, que este próximo jueves comparecerá en el Congreso, ha tenido el coraje de jugársela asegurando que "no llegaremos a los cuatro millones de parados".
El Presidente del Gobierno no ha querido quedarse cruzado de brazos mientras el paso del tiempo despeja la incógnita de si su ministro está en lo cierto o no. El mensaje que quiere hacer llegar Rodríguez Zapatero a la opinión pública es que "el objetivo fundamental del Gobierno es luchar contra el desempleo y volver a un senda de creación de puestos de trabajo; pondremos en ello toda nuestra energía". ZP ha inaugurado este lunes una nueva página en Internet (http://www.plane.gob.es/) en la que se explican todas las medidas que el Ejecutivo ha ido adoptando a lo largo de los últimos meses.
El diseño de la página creo yo que busca por encima de todo la facilidad para su consulta y juega con los colores de la bandera y con la E de España, a la que se ha añadido ese "sombrerito" de la Ñ que fue en su día santo y seña de la lucha por conseguir un espacio para el castellano en la Red. Es un diseño parecido a lo que podría ser la portada de un periódico, con el vídeo grabado por RodríguezZapatero ocupando el lugar de privilegio.
En ese vídeo el Jefe del Gobierno reconoce sin rodeos que "España atraviesa una grave crisis económica, de extensión mundial y que se ha precipitado a gran velocidad". Pero no se priva de recordarnos que "hace tan sólo un año España estaba en la tasa de paro más baja de la historia", lo cual es una mentirijilla de dimensiones considerables. Los que ya vamos acumulando cierta cantidad de memoria histórica sabemos que a comienzos de los setenta del siglo pasado, sin ir más lejos, la tasa de paro era muy inferior a la que había hace doce meses.
A mi juicio, esta iniciativa de La Moncloa tiene una gran virtud: cualquier ciudadano puede visitarla y tener una visión de conjunto de todas las decisiones adoptadas, desde la de ampliar la garantía de los depósitos bancarios hasta la moratoria en el pago de hipotecas, pasando por los famosos 400 euros en el IRPF ( a razón de 33,33 por mes en 2009), los 8.000 millones para obras de urgencia en los municipios o la supresión del Impuesto sobre el Patrimonio.
Pero una cosa es el esfuerzo publicitario y otra bien distinta el grado de eficacia que puedan tener todas esas iniciativas que llenan la nueva página web. Durante bastantes años España fue el líder europeo en la creación de empleo, pero los expertos no se cansaban de advertir sobre el insostenible modelo de crecimiento que habíamos elegido. Ese modelo, basado en la depredadora expansión urbanística, nos ha estallado en las manos y ahora somos líderes en la destrucción de puestos de trabajo. Pero ZP cree en España y en su capacidad para "seguir siendo la octava economía del mundo,cosa obligada si tenemos en cuenta la casa en la que vive. En el vídeo que comentamos asegura que saldremos fortalecidos de la crisis, aunque por desgracia tendremos que aceptar algunos sacrificios. La peor parte se la está llevando esa España que madruga para hacer cola ante las oficinas del INEM.

jueves, 8 de enero de 2009

ATEOS CONTRA CREYENTES

He aquí una de las más estimulantes novedades que puede ofrecernos el nuevo año recién estrenado: esa "guerra" publicitaria (esperemos que incruenta) entre quienes afirman que Dios no existe y quienes creen que su existencia es evidente por sí misma. El debate de las ideas, mediante la palabra hablada o escrita, me apasiona hoy como me apasionaron de niño los partidos de fútbol ( los de la clase A contra la clase B) en el patio del colegio.
El asunto ha comenzado en Londres, donde los ateos han puesto en circulación unos autobuses decorados con una publicidad en la que se asegura que "probablemente Dios no existe; deja de preocuparte y disfruta de la vida". El próximo lunes la campaña llegará a Barcelona y en Madrid los autobuses contratados por la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores comenzarán a circular el día 26. Algunos creyentes han acudido prestos al campo de batalla y ya tienen circulando por las calles de la Comunidad de Madrid unos autobuses en los que puede leerse que "Dios sí existe; disfruta de la vida en Cristo".
Si tuviera que apuntarme obligatoriamente en uno de los dos equipos (como les pasaba allá en el colegio a los chicos poco aficionados al deporte) creo que lo haría en el de los ateos y librepensadores. Siento una atracción fatal por las minorías y, por otro lado, me gustaría hacerles pagar a los creyentes (católicos) los malos ratos que nos hicieron pasar en la infancia con sus patrañas acerca del Infierno y el fuego eterno que nos aguardaba a quienes tuviéramos la desgracia de morir en pecado mortal. La Iglesia ha reconocido ya que no existen ni el Infierno ni el Limbo. Ciertamente, enviar a alguien al fuego eterno por muy graves que fueran sus pecados o condenar al Limbo a los que no tienen culpa de nada, era de una crueldad inconcebible en un Dios que siempre nos lo han descrito como misericordioso.
De la nada nada sale, decían los filósofos clásicos anteriores al cristianismo. Dándole vueltas a esta afirmación y a lo que yo juzgo como patrañas de la Iglesia Católica ( las del resto de religiones no le andan a la zaga) llegué a la conclusión de que Dios no existía, que todas las religiones no eran más que un cuento chino, un "constructo", como nos decían en la Facultad, quizá apropiado para atenazar las mentes infantiles, pero impresentable para una mente adulta. Pero luego he visto que hay mentes mucho más instruidas que la mía que proclaman sin dudar la existencia de Dios. Así que no me ha quedado más remedio que abrirle un amplio espacio a la duda.
Con uno de estos hombres poseedores de una inteligencia superior tuve una larga conversación paseando por las calles de Riga, donde ambos habíamos quedado atrapados por causa de las cancelaciones aeroportuarias. Era creyente a pies juntillas y afirmaba además que la Católica era la verdadera. Su argumento: después de dos mil años de horrores y tropelías, por fuerza la Iglesia Católica tenía que ser la verdadera, porque de lo contrario habría desaparecido.
¿Existe o no existe Dios? Pruebas objetivas e irrefutables no tenemos ni en uno ni en otro sentido. Pero de lo que no existe duda es de que el hombre necesita que exista Dios. Quizá por esa razón un filósofo tan penetrante como Carlos Marx pudo asegurar que "los hombres no son una creación de Dios, sino que Dios es una creación de los hombres". ¿Y por qué la mayoría necesita -o necesitamos- la existencia de Dios? Respondo con las palabras poéticas de un cantautor por el que tuve la más alta estima: para huir de la muerte.
Lo único que me duele del desigual partido que va a librarse en la flota de la EMT es que los del equipo de librepensadores sólo han podido contratar cuatro autobuses sobre un total de más de tres mil.

lunes, 5 de enero de 2009

VIVIENDO AL LÍMITE

Antes de Navidad, una nevada de mediana intensidad dejó atrapados a centenares de viajeros en una autopista del norte. La escena se había repetido años atrás en la Autovía de Levante, provocando el asombro general por la facilidad con que nuestras principales vías de comunicación se convierten en auténticas ratoneras. En los días anteriores y posteriores a la Nochevieja, miles de viajeros han sufrido en Barajas las consecuencias de la huelga encubierta de controladores y pilotos. Se anuncian también, en estos primeros días de año, más apuros y atascos en la sanidad madrileña como consecuencia de la desaparición ( por la Ley de Presupuestos ) de las llamadas empresas colaboradoras de la Seguridad Social. Se calcula que unos 200.000 usuarios de la sanidad pasarán ahora a depender de los ambulatorios, mientras que antes eran atentidos por las sociedades médeicas que habían contratado sus empresas.
La impresión que tiene uno ante noticias como estas ( y otras muchas que podrían añadirse) es no sólo nuestra falta de preparación para los imprevistos, sino que lo calculamos todo demasiado al milímetro, quizá con la loable intención de no incurrir en costes innecesarios. El caso es que cualquier alteración en una de las variables desencadena el caos. Queremos salir de vacaciones, por ejemplo, y todo está calculado para salir pitando a la hora de cierre de la oficina, con el tiempo justo para llegar al aeropuerto. Si hay un accidente en la carretera, o baja la niebla, o los controladores se cabrean, acabamos saliendo con horas de retraso, perdemos la siguiente conexión y ya todo es una pura ruina hasta el día de la vuelta.
Una opción posible sería quedarse en casa tranquilamente, o buscar otras fechas con menos aglomeraciones, pero la propia dinámica social nos arrastra. Es muy difícil encontrar días alternativos y, para colmo, si se produjera un desecenso importante de viajeros, enseguida saldrían los portavoces de los sectores afectados a quejarse por la mala evolución de las estadísticas. Ellos también lo tienen calculado todo al céntimo y cualquier alteración produce un duro impacto en la cuenta de resultados.
En otros ámbitos más privados tal vez sería posible no ir tan al límite. Por ejemplo, al pedir una hipoteca o un préstamo para comprar coche nuevo. Pero aquí también hacemos los cálculos al céntimo y, en cuanto el euríbor da un salto inesperado, la tarea de llegar a fin de mes se convierte en una misión imposible. Los concesionarios de automóviles están llenos de coches de matriculación reciente de los que sus propietarios se han deshecho porque no podían pagar la letra mensual.
Es un quimera pensar que puedan desaparecer las sorpresas meteorológicas, las cancelaciones inesperadas, las averías o los accidentes en las atestadas autopistas. Estos imprevistos, que vienen a destrozarnos los planes, son ya parte de la vida misma en estas ciudades superpobladas, siempre al borde del colapso, donde hemos elegido vivir la mayoría. O donde no nos queda más remedio que hacerlo. Pero quizá haya alguna cosa que podamos hacer individualmente para no ir tan al límite, para sentir que somos nosotros quienes gobernamos nuestras vidas y no las circunstancias externas. Se me ocurre que en este 2009 deberíamos hacernos el propósito de vivir por debajo de nuestras posibilidades. Hasta es posible que así las crisis fueran menos virulentas.