miércoles, 23 de diciembre de 2009

EL BAILE DE LOS HIPÓCRITAS Y LOS CARADURAS

Vaya por delante mi agradecimiento a cuantos amigos siguen visitando esta página a pesar de que en los últimos tiempos, por razones que serían "cuento largo", no la "alimento" tan a menudo como desearía. Escribo bajo el pasajero síndrome pos-sorteo de Navidad, días de cierta tristeza en que una vez más (¿y cuántas van ya?) tenemos que asimilar que no nos queda otra que "seguir de pobres", como decía aquel relato de Ignacio Aldecoa.
La Lotería de Navidad nos dejó sin nada, pero el Instituto Nacional de Estadística tuvo a bien servirnos uno de sus barómetros mensuales en el que queda reflejado que una de las principales preocupaciones de los ciudadanos en este final de año es el comportamiento de nuestros políticos. Y la verdad es que no me extraña nada, en vista de que los casos de corrupción surgen por doquier, como las setas en un bosque después de las lluvias de otoño. Los tertulianos de guardia han querido salir al paso de esta preocupación asegurando que no debemos dejarnos engañar por la espuma que deja el oleaje, que la inmensa mayoría de quienes se dedican a la cosa pública lo hacen de forma honrada. Ojalá lleven razón los tertulianos de guardia, ojalá sea cierto eso que dicen, pero viendo el comportamiento de tanto caradura, de tanto "chorizo" con buenas apariencias, uno se pregunta si no será esa la regla y la honradez no será otra cosa que la excepción que confirma la regla.
¿Y al Presidente de Air Comet dónde lo colocamos? ¿En el club de los caraduras o en el de los hipócritas? Yo creo que un hombre que ha sido capaz de engañar con los avales a Cajamadrid, que deja tirados a miles de pasajeros, que pide la protección del Estado después de cantar las alabanzas de la libre empresa, y que no aplica en su trabajo como empresario aquello que va predicando, merece figurar como socio de honor en los dos clubes. Quizá merezca también que le hagan un hueco en el club de los perseguidos por el Código Penal.
Estas semanas finales de 2009 nos han traído algo así como una apoteosis de los hipócritas; y la victoria ha correspondido, me parece a mí, a esos medios de comunicación y esa opinión pública estadounidenses que se han cebado contra Tiger Woods por la historia de sus amantes secretas o sus contactos con prostitutas. El propio Tiger ocupa un lugar de relumbrón en el ejército de los hipócritas porque, llevando la vida que llevaba, no tuvo empacho en llenarse los bolsillos haciendo campañas publicitarias como abanderado de los "valores familiares". Me parece patética esa necesidad infantil de héroes inmaculados que padece la sociedad norteamericana, cuando sabemos a ciencia cierta que tal cosa no existe.
También aquí, en la piel de toro, hemos tenido que soportar una buena ración de hipocresía, servida a bombo y platillo por los sectores religiosos, políticos y sociales que se oponían a la reforma de la Ley del Aborto. Esos sectores que gritan tan desaforadamente son los mismos que correrían a comprar un billete para abortar en el extranjero si un miembro de su familia se encontratara en la tesitura de un embarazo no deseado. Hipócritas y caraduras: he ahí dos especies que uno desearía ver en extinción en estos tiempos de cambio climático.

3 comentarios:

PMT dijo...

Lo llevas claro, Santiago. En eso estamos: será que nos estamos haciendo viejos - por cierto estoy hasta los cojones que ser mayor, ¿Que quién?, yo soy simplemente viejo, como Cicierón- y perdemos la inocencia del mayo del sesenta y ocho, cuando estaba prohibido prohibir: quieren volver a prohibir y mandar sobre la cartera y sobre el medio cuerpo para abajao, que es donde está el poder: el poder de la vida.

Anónimo dijo...

Eso eso: Mayor que quien? Me encanta la palabra viejo: experto, veterano, curtido, temple, vetusto, calidad, calidez, abolengo, valioso...

VIEJOS del mundo... ¡¡Brindemos!!

Feliz Navidad
J.A.

Anónimo dijo...

Santiago; se le olvida el súmmum de la hipocresía -a pesar de que el Papa ha manifestado la indignación, la traición y la vergüenza que supone para la Iglesia- los abusos sexuales y violaciones de generaciones de niños irlandeses "ejecutados" por curas y monjas de la Iglesia Católica.

Esperanza