viernes, 13 de septiembre de 2013

¿EXISTE O NO EXISTE EL LLAMADO DERECHO A DECIDIR?

Decíamos en la entrada anterior que muchos cientos de miles de catalanes se han dejado engatusar por esa música pegadiza llamada "derecho a decidir". ¿Acaso los catalanes, como el resto de españoles, no llevan casi 40 años "decidiendo" libremente? Votaron ampliamente a favor de la Constitución de 1978 y votaron por amplísima mayoría su Estatuto de Autonomía y la reforma posterior del mismo. Lo que ahora se pretende, en realidad, es iniciar un camino hacia la secesión, cosa no autorizada ni en el derecho español ni en el derecho internacional. Lo que hoy es España es el producto de siglos de decantación histórica y negarse a reconocerlo y aceptarlo nos puede acarrear problemas que hoy no somos capaces de imaginar. Los Estados Unidos de América no existirían tal como los conocemos hoy si el resultado de la guerra civil entre 1861 y 1865 hubiera sido otro. Lo que hoy es Portugal perteneció al Reino de España durante unas cuantas décadas entre los siglos XVI Y XVII, el Rosellón francés fue parte de lo que hoy conocemos como Cataluña durante muchos años. "La violencia es la partera de la historia", decía el pensador alemán Carlos Marx. Y si hay algo que por encima de todo haya provocado la violencia y la guerra, ese algo no es otra cosa que los intentos de modificar el trazado de las fronteras. En última instancia, lo que condujo a la última guerra mundial fue la obsesión de Hitler por dotar de unas nuevas fronteras a Alemania. Lo que los nacionalistas catalanes parecen no comprender es que lo que quieren en realidad es trazar unas nuevas fronteras en el corazón de Europa. Si lograran su objetivo, unos cuantos millones de catalanes, podrían verse en la tesitura de o bien renunciar a su actual nacionalidad española o bien convertirse en extranjeros dentro de su propia tierra. Es ingenuo -y yo me atrevo a decir que hasta un poco suicida- pensar que un proceso semejante puede llevarse a cabo enmedio de una paz beatífica. Para la inmensa mayoría de los españoles creo yo que resulta del todo incomprensible ese empeño de los nacionalistas catalanes por "tener un estado propio", cuando muy posiblemente ese empeño les llevaría a vivir peor de lo que pueden vivir dentro de lo que ellos llaman el Estado Español. Y lo que reslta tristísimo, y en cierto modo insultante como decíamos en la entrada anterior, es que la expansión del sentimiento nacionalista se haya basado en los últimos tiempos en la creencia de que gracias a su esfuerzo y a sus impuestos el resto de españoles vivimos de la sopa boba. Siguiendo el razonamiento de los nacionalistas, los ricos residentes del barrio barcelonés de Pedralbes podrían negarse a pagar impuestos que van a financiar, por ejemplo, las escuelas públicas de la ciudad proletaria de Santa Coloma de Gramanet. También en Madrid se recauda más de lo que se recibe y no por eso los madrileños, que somos casi tantos como los catalanes y con un PIB per cápita superior al suyo, caemos en la falacia de creer - por ejemplo - que mis paisanos castellano-manchegos viven a costa nuestra.

No hay comentarios: