Puede que la operación para vender a la rusa Lukoil casi el 30 por ciento de Repsol se vaya al garete por falta de financiación, pero no será porque el Gobierno esté dispuesto a intervenir para impedirla. Esta es la conclusión que se desprende de lo dicho el miércoles ante el Pleno del Congreso por el Presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero. "Vamos a defender que Repsol y sus accionistas de referencia sigan siendo empresas españolas, con dirección española y con fortaleza suficiente para garantizar su autonomía -dijo el Jefe del Gobierno-, pero lo vamos a hacer con pleno respeto a las reglas del libre mercado, no vamos a intervenir, no vamos a caer en una política intervencionista, como a lo mejor les gustaría a ustedes".
Esta era la respuesta de Rodríguez Zapatero a Mariano Rajoy, quien le acusaba desde la bancada de enfrente de consentir un escándalo mayúsculo por no usar todos los instrumentos que tiene a su disposición para impedir que el accionista mayoritario de la estratégica Repsol acabe siendo una "empresa rusa de solvencia dudosa y que está ligada a los intereses de un Gobierno ruso que usa su poder energético como todos sabemos que lo usa". Además de esa alusión al manejo chantajista que a veces hace Rusia de sus recursos de gas y petróleo, Rajoy denunció también el fraude que se cometerá contra los cientos de miles de pequeños accionistas que tiene la petrolera española. Si la operación sale adelante, Sacyr-Vallehermoso, la Caixa y algún otro gran accionsita podrían desprenderse de sus títulos a un precio de unos 27 euros, el doble de la cotización que en estos momentos tiene Repsol en bolsa. Los pequeños no serán llamados a ese festín.
El líder del PP puso de relieve las discrepancias que este asunto ha suscitado en el seno del Gabinete, unas discrepancias a las que Rodríguez Zapatero ha trado de restar importancia fijando la atención en los esfuerzos de su Gobierno para "defender a Repsol en todos los países donde obtiene su abastecimiento de gas y petróleo, porque le recuerdo, señor Rajoy, que en España no hay pozos de gas ni de petróleo". "Y esa defensa -añadía el Presidente- la hemos llevado acabo muchas veces a pesar de las duras críticas que hemos recibido desde su partido". Mariano Rajoy le pidió a Rodríguez Zapatero que no "eche el muerto a nadie", porque el Gobierno participó en la entrada de Sacyr en Repsol a través del Instituto de Crédito Oficial y ahora no puede desentenderse. "Repsol no es una cadena hotelera -decía Rajoy- es una empresa estratégica para nuestro país".
Este jueves el asunto de Repsol puede acaparar de nuevo una buena parte del debate parlamentario, con ocasión de la comparecencia de Rodríguez Zapatero para exponer las medidas que ha preparado el Ejecutivo con el fin de reactivar el consumo y fomentar así la ansiada recuperación económica.
Rescate, bancos, fortunas y calcetines
Hace 4 años
1 comentario:
A mí lo que me hace gracia es esa furia liberal que de repente le ha entrado al señor presidente del Gobierno.
Tan furioso se pone que habría que llamarle el "furioso converso".
Pero qué pena, penita, pena.
Camachito
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