jueves, 11 de diciembre de 2008

MORATINOS Y LOS VUELOS DE LA CIA: ALGO HUELE A PODRIDO EN LA PIEL DE TORO

Estuve el Miércoles por la tarde en la sala Internacional del Congreso de los Diputados. Quería escuchar las explicaciones del Ministro Moratinos sobre los presuntos vuelos del Ejército de los Estados Unidos y de la CIA con prisioneros talibanes capturados en Afganistán. Yo creo que nuestro titular de Exteriores es un hombre honrado, pero su conclusión se me antojó rocambolesca: Las autorizaciones al Gobierno de los Estados Unidos para efectuar escalas de emergencia en las bases españolas fueron concedidas por el Gobierno de José María Aznar, pero dichas escalas nunca llegaron a producirse.
Ya decíamos aquí hace unos días que la política, entre otras cosas, es el duro oficio de zambullirse en las cloacas y no morir en el intento. Para mí, la prueba irrefutable de que algo oscuro y maloliente se nos está ocultando fue la reacción de Gustavo de Arístegui, otro hombre honrado, a las palabras de Moratinos. El portavoz popular en la Comisión de Exteriores, que se ha comportado como un auténtico martillo de herejes contra el Ministro, en esta ocasión se declaró "satisfecho" por la explicación que acababa de oir. Tan satisfecho estaba Arístegui, que no tuvo incoveniente en meter la mano en el fuego no sólo por los Gobiernos de Aznar, sino también por los Gobiernos de Rodríguez Zapatero: "Teníamos la convicción -aseguró el joven y correoso portavoz- de que no se había producido en territorio español ninguna violación de los derechos humanos, ni por parte de los Gobiernos del señor Aznar ni por parte del actual Gobierno". Una filigrana inverosímil, la del señor Moratinos, obligado a "comerse todos los marrones", como dijo algún portavoz; una mano valiente, la del señor Arístegui, que podría acabar oliendo a chamusquina.
Una cosa son las pruebas judiciales y otra las convicciones morales. Como no soy juez, sino sólo un "bloguero" con cierta facilidad para colocar unas palabras detrás de otras, me muevo en el terreno de las convicciones y no en el de las pruebas: Creo que el Gobierno actual y el anterior han hecho un "pacto de caballeros" para echar tierra sobre un asunto que les salpica a ambos por igual. Estoy convencido en mi fuero interno de que hubo vuelos del Ejército USA y de la CIA con prisioneros talibanes que hicieron escala en bases y aeropuertos españoles. El argumento ofrecido por Moratinos para negarlo me parece de lo más endeble: Los escritos oficiales remitidos por el Gobierno USA (y entregados a la Audiencia Nacional) en los que se asegura que "nunca se han violado las estipulaciones del Convenio de Defensa entre España y los Estados Unidos y, por lo tanto, todos los vuelos con origen o destino a Guantánamo no transportaban carga o pasajeros que pudieran resultar controvertidos para España".
Tendríamos que vivir todavía en el Paraíso Terrenal para creernos que un Gobierno, cualquier Gobierno, no va a mentir con tal de ocultar sus miserias, y más aún cuando puede mentir impunemente. El hecho es que centenares de personas, algunas terroristas, a las que se privó de todos sus derechos por el procedimiento de declararlas "combatientes ilegales" en lugar de aplicarles el estatuto de prisioneros de guerra, fueron llevadas a Guantánamo en vuelos que necesariamente debían hacer escalas. Pero el Gobierno de los Estados Unidos niega por escrito que se hicieran tales escalas en España. Nadie será llevado ante los tribunales por esa presunta mentira.
Tanto Moratinos como Arístegui condenaron sin paliativos las violaciones de los derechos humanos cometidas en Guantánamo y pidieron el cierre de aquel presidio. Eso les honra y les hace merecedores del beneficio de la duda. Muy posiblemente, ni el Gobierno Aznar ni la entonces oposición socialista sabían hasta qué extremos iba a llegar la Administración Bush en su proclamada lucha contra el terrorismo universal. En consecuencia, no sintieron la necesidad de hacer preguntas, sobrecogidos aún por el horror que nos causó a todos el atentado contra las Torres Gemelas. Pero ahora saben que el horror no puede borrarse ni curarse provocando nuevos horrores, porque, como dijo el propio Arístegui, la peor derrota que puede sufrir la democracia es olvidarse de los principios del Estado de Derecho en su lucha contra la amenaza terrorista. Y ante la tormenta duradera que pende sobre sus cabezas han adoptado una estrategia conjunta: Negarlo todo hasta el final. Un final que aún está por escribir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oportuna aclaración Sr. Anonimus: Anonimus (singular). Al poner Anónimos (plural) he pensado que blogeaba en grupo. De todas maneras como “empapelado” que he sido, Ja, ja, ja he oido/leido animus iniuriandi y animus criticandi . En su caso, lo correcto sería anonimus cum animus criticandi o anonimus cum animus iniuriandi. El Sr. Lopez Legarga le ha cogido con el paso cambiado, ha vuelto a incidir en Guantánamo después de que usted hiciera su comentario a colación del veto de los “desactualizados” presupuestos.

Mi amigo “el americano” dice que estamos obsesionados con Guantánamo. Pegadito a Guantánamo hay cárceles peores, tan peores, que muchos –solo por no estar de acuerdo con cierta persona- han salido con los pies por delante. A criaturas capaces de maquinar una monstruosidad como la del 11 S que se les puede hacer ¿invitarles a una mariscada? O nos liamos a humo con que si el avión repostó en el aire o aterrizó 45 minutos en Al-andalus (Tierra de Vándalos) mientras, según Felipe González estamos bien jodidos.

En lo que va de año –que sepamos- ya han atracado cinco submarinos NUCLEARES en El Peñón de Pedro Ricardo Caruana. ¿Qué hay en esos sumergibles? ¿Dónde van esos submarinos? ¿Qué tipo de avería NUCLEAR sufrían esos artefactos? Había que ver los follones armaba el presidente de la Junta de Andalucía y sus mariachis cuando gobernaba Ánsar y alguno de estos aparatos “aparcaba” en Gibraltar.

¿De verdad que el anuncio es de metirijilla? Vale que la muchachada cojomantequera lo haga todo pedazos. Pero… ¿porque no se tiran a la calle cuando asesinan por la espalda a un anciano?

Saludos cordiales
rara avis

Anónimo dijo...

A mi parecer, los herederos del Cojo Manteca, a quien Dios no tenga en su Gloria, no se echan a la calle cuando los etarratas asesinan a un anciano porque quien suele mandarles que se echen a la calle, no se lo manda.

Anonimus (o animus o como se diga que me está usted liando) criticandi.