lunes, 13 de abril de 2009

AL FINAL DEL CAMINO: UNA PROPUESTA TURÍSTICA ANTICRISIS

La Semana Santa nos ha traído algunas noticias de gran calado, como esa remodelación del Gobierno que se antoja un tanto atolondrada y caprichosa; desencadenada, al parecer, por las filtraciones periodísticas, que se produjeron cuando el "guiso" estaba todavía a medio cocer. En un tono mucho menor, nos ha traído también el estreno de la película Al final del camino, en la que Malena Alterio y Fernando Tejero lucen sus habilidades para la comedia. La remodelación, según ha dicho hoy la Vicepresidenta Primera con unas palabras bastante cursis, trata de insuflar nuevas energías al Gobierno para seguir sin vacilación el rumbo trazado por ZP. La película dirigida por Roberto Santiago parece pensada para poner de moda ese rumbo siempre hacia el oeste que siguen los peregrinos a la capital compostelana.
Soy un amante de la Ruta Jacobea, no por razones religiosas, sino por motivos históricos, culturales, paisajísticos y turísticos. Recorrer a pie los casi 750 kilómetros que separan Roncesvalles de Santiago me parece que es una de las opciones más atractivas que puede ofrecer España en eso que suele llamarse "turismo cultural" o "turismo activo". Naturalmente, puede hacerse también en coche o en transporte público; y los monumentos que uno visitará y los "homenajes" gastronómicos que se dará son los mismos, pero el espíritu de esta gigantesca herencia cultural que nos ha llegado desde la Edad Media exige, creo yo, el recurso al modo tradicional. Hacerlo a pie o en bicicleta es obligatorio, además, para quienes emprenden la aventura por motivos religiosos.
Pasé la Semana Santa en el Camino y debo decir que la película de Santiago puede servir para echarse unas risas con las andanzas de estos personajes estrafalarios, pero no hace justicia a lo que uno puede ver mezclándose con quienes se pegan el madrugón para llegar temprano al siguiente albergue. Claro que sin un poco de exageración y un mucho de imaginación y distorsión no hay humor posible. Todos los personajes resultan chirriantes en sus vestimentas, sus diálogos y actitudes, pero quizá los que más sean esa pareja de "ligones de playa" que nos hacen recordar las historias de suecas liberales y españoles hambrientos de hace cuarenta años. Pero la historia, en su conjunto, se deja ver, aunque no dejará ninguna huella imborrable ni en los espectadores ni en la trayectoria del cine español.
El Camino, por otra parte, no necesita ninguna promoción publicitaria para estar cada día más vivo, si bien algunos municipios por los que pasa lo tienen un tanto abandonado y no hacen nada para facilitarles la experiencia a los aguerridos caminantes. Miles de personas, muchas de ellas extranjeras, lo recorren cada año. Como decía al comienzo, es una oferta turística al alcance de todos los bolsillos, inmune a los efectos de la crisis. Se puede encontrar alojamiento por 5 euros la noche, aunque, eso sí, habrá que aceptar un régimen decididamente "cuartelero". Si se opta por algo más "humano", no hay problema para encontrar buenos hostales por 50 euros o menos la habitación doble. Algunas guías -al menos las que yo he consultado- describen etapas imposibles de 40 ó 50 kilómetros diarios. Pero el secreto consiste en tomarse el asunto con calma: no se trata de llegar el primero ni tampoco de hacer penitencia, se trata de disfrutar de la vida al tiempo que se hace un poco de ejercicio. Hay que ajustar las etapas a las capacidades físicas de cada uno y así se verá cuán acertada es la metáfora que nos presenta la peregrinación como un trasunto de la vida misma: pueden acometerla tanto los que están al comienzo como al final del camino. En la imagen, el autor de ZD encaramado al mojón de piedras que corona la sierra de Atapuerca.

4 comentarios:

PMT dijo...

Me lo dejas difícil, pero me pongo ahora mismo a escribir mi entrada resumen de esta semana de pasión.
Bonita crónica a tres bandas como las carambolas de los ases del billar.
Un abrazo.

Ele Bergón dijo...

Hola Santiago.

Estoy de acuerdo con Pedro. Es una bonita y buena crónica de los Caminos.

Estuve este verano en Comillas y recorrí un trozo que pasa por allí. Es mi asignatura pendiente y tengo que darme prisa pues los años no pasan en balde. La película iré a verla y en cuanto al camino de ZP, aunque soy agnóstica, que Dios le reparta suerte sobre todo por el bien de todos nosotros.

Un abrazo

Luz

Anónimo dijo...

Se me ocurre que podia haber titulado su cronica... LOS CAMINOS DE SANTIAGO... López

Evidentisima la jugada siempre a la misma banda.

Palmiro de Palafox dijo...

Cuanto celebro leerte en este prodigioso juguete que es un blog. Caramba, si hubiéramos tenido a tiempo tamaña cosa en nuestra mocedad quizá hubiéramos matado el gusanillo periodístico en casa y nos habríamos hecho alguna carrera seria y con fundamento, digo yo. En fin, que comparto tu línea editorial. Te invito a ti y a tus lectores a que visiteis mi quiosco en el aire donde también hablo de la crisis de gobierno en cierto tono menor o de guasa. Lo del camino lo suscribo: al andar se hace camino.