Más de medio millón de personas se concentraron el pasado domingo en el centro de Madrid para demostrar, una vez más, el indudable apoyo popular con que cuenta la candidatura de la capital de España para los juegos olímpicos de 2016. Pero este martes, un ácido Forges ( en su papel de humorista de cabecera de muchos) nos ha sorprendido con un chiste en el que nos presenta a su hérore asegurando que "tuve una corazonada, pero ahora, esperando al 2 de Octubre, tengo un retortijón".
¿Será posible que, a la hora de la verdad, el destino de Madrid vaya a ser ese? ¿Nos encontramos en el umbral de una nueva decepción como la de hace cuatro años? El Alcalde parece convencido de que el triunfo está en sus manos, gracias a un proyecto que casi todo el mundo coincide en calificar como muy sólido. Y hasta se ha permitido ironizar sobre la presencia del Presidente norteamericano en Copenhague: "que venga Obama da emoción a la cosa. Vuelvo a recordar que de todos los jefes de Estado el único que puede llamar compañeros al resto de miembros del COI porque ha sido deportista olímpico es el Rey de España".
No creo que ese pasado olímpico de don Juan Carlos sea garantía de nada. Hace cuatro años, en Singapur, el "pasilleo" diplomático de Tony Blair fue mucho más determinante y Londres se alzó con la designación para 2012. Evidentemente, estoy muy lejos de ser un experto en los oscuros mecanismos y equilibrios que llevan a cabo los miembros del COI para efectuar sus votaciones, pero hay un detalle que he comentado con algunos amigos y que no he visto reflejado en la prensa. El detalle es el siguiente: si en el palacio de congresos del Bella Center de Copenhague saliera victoriosa la candidatura de madrid, estaríamos asistiendo a una notable excepción a la regla no escrita de que los Juegos nunca se celebran dos veces seguidas en el mismo continente. Desde la II Guerra Mundial para acá, sólo en una ocasión se dio esta circunstancia: en 1948 se celebraron en Londres y en 1952 fueron en Helsinki.
Ahora nos encontramos con un competidor - Río de Janeiro - que representa a un país - Brasil - cuyo peso en el contexto internacional es superior al de España: no hay más que ver dónde estaba Lula y dónde ZP en la reciente foto de familia que se hicieron los líderes del G-20. Además, Río de Janeiro representa a un continente -América del Sur- donde nunca hasta ahora tuvieron lugar unos Juegos, mientras que Europa los ha acogido en siete ocasiones desde la contienda mundial. Y a Río de Janeiro tenemos que sumar la competencia de Chicago (aunque el movimiento olímpico no guarda muy buen recuerdo de Atlanta 96) y de Tokio, aunque en la capital japonesa ya se celebraron en 1964.
No sé si los responsables de la candidatura madrileña pensaron en este detalle. Algunos amigos me han dicho que sí que lo tuvieron en cuenta y, aún así, decidieron seguir adelante porque no creían que eso fuera un obstáculo insalvable. Esperemos que su decisión haya sido un acierto y que Madrid no reciba un nuevo portazo en las narices.
Rescate, bancos, fortunas y calcetines
Hace 4 años
2 comentarios:
¿Alguien conoce el presupuesto (PUBLICO) destinado a que la corazonada/retortijón llegue a buen fin?
Por cierto; la sede será Río de Janeiro.
E. Pretel
¡¡Acerté!!
Elda
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