El Pleno del Congreso aprobará este miércoles, salvo sorpresa mayúscula, la toma en consideración del proyecto de Presupuestos para 2010. El Partido Socialista cuenta con una cómoda mayoría para rechazar las enmiendas a la totalidad presentadas por el Partido Popular, Convergencia i Unión, Esquerra Republicana, Izquierda Unida, Bloque Nacionalista Galego y Unión, Progreso y Democracia. Si todos los diputados acuden a la votación, el resultado podría ser de 178 votos en contra de las enmiendas ( y a favor de los Presupuestos, por tanto) y 172 a favor.
En su defensa del proyecto, Elena Salgado (que se mostró un poco molesta por la insistencia de Rajoy en dirigirse al Presidente del Gobierno y no a ella) , dijo que son unas cuentas públicas para mitigar el impacto de la crisis y sentar las bases para la recuperación, aunque reconoció que lo más duro seguirá siendo el altísimo porcentaje de paro que sufre nuestro país. Como era de esperar, la Vicepresidenta Segunda defendió la subida de impuestos, que afectará a todos los ciudadanos, sean ricos o pobres, a través del incremento de los tipos del IVA. Según Salgado, los tres objetivos principales de su proyecto son estimular la recuperación, fortalecer la protección social y preparar al país para un nuevo modelo de crecimiento (que, por cierto, no se ve por parte alguna.)
Frente al optimismo obligado de la Ministra de Economía, el Presidente del PP entró a saco contra unas cuentas públicas que, según dijo, "son una chapuza letal para España, porque no hay nada en ellas para sustentar alguna esperanza de futuro; son letales para los intereses de las clases trabajadoras y las clases medias, que constituyen la inmensa mayoría". Rajoy pidió la devolución de un proyecto que significa, a su juicio, más paro, más impuestos y más expansión de la deuda pública. El líder popular extrajo la conclusión de esos posibles efectos letales del hecho de que las Administraciones Públicas están "acaparando el crédito y están hundiendo a las empresas, que son las que tienen que crear bienestar y empleo". Este argumento fue rechazado por Salgado, quien aseguró que los bancos cuentan con liquidez suficiente para atender las demandas de préstamos. Lo que pasa más bien, según sus datos, es que en el pasado hubo un exceso de endeudamiento por parte de las empresas y de las familias; y ese exceso es el que se está corrigiendo ahora con el estallido de la burbuja inmobiliaria y otros estallidos.
Mientras seguía el debate desde la tribuna de prensa, me hacía yo algunas preguntas. En primer lugar, el presunto carácter social de los Presupuestos porque más del 51 por ciento del total se destina a ese tipo de gastos ( las pensiones y la protección por desempleo, principalmente.) Incluso en la época del PP se hablaba del carácter social de los Presupuestos, de modo que decir eso es casi como no decir nada: Sólo con cumplir las obligaciones legales, el gasto social acapara la mitad o más del gasto total.
En segundo lugar, la presión fiscal. Salgado dijo que, aun contando con la subida de impuestos, la presión fiscal sólo se incrementará un 0,6 por ciento del PIB y que seguirá muy por debajo de la media europea y por debajo de la que había en el año 2004, cuando los socialistas llegaron al poder. La pregunta es si podemos aspirar a unos servicios públicos y unas prestaciones sociales que estén en la media europea, con una presión fiscal muy inferior a esa media. Por otra parte, hay que reconocer que el Gobierno muy probablemente se ha encontrado entre la espada y la pared, pero lo cierto es que Rodríguez Zapatero, en su primera conferencia de prensa después de las vacaciones del verano, prometió que no se tocarían ni las rentas del trabajo ni las de las empresas. Promesa incumplida, porque sí que se han tocado las rentas del trabajo mediante la supresión de los famosos 400 euros. Y la subida del IVA en 2 puntos viene a ser como si nos hubieran recortado los salarios en un 2 por ciento. El cinturón, por desgracia, siempre tienen que apretárselo los mismos.
Rescate, bancos, fortunas y calcetines
Hace 4 años
1 comentario:
¡Amen! D. Santiago.
Solamente discrepo en lo de... "comoda mayoría"
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