Resulta asombrosa la torpeza con que está manejando el Gobierno de ZP el asunto de las reformas necesarias en nuestro sistema público de pensiones. Un asunto en el que todos nos jugamos mucho y a cuya clarificación no contribuyen precisamente los titulares de prensa exagerados o alarmistas. Tampoco contribuye la excesiva sensibilidad o temor que parece percibirse entre la población pensionista o potencialmente pensionista por la repercusión que las posibles medidas puedan tener en su queridísima nómina mensual.
Yo creo que el Gobierno ha planteado el problema y sus propuestas para abordarlo de la peor manera posible. Pero el problema existe y me parece que lo más razonable es debatir las medidas (que en general son recortes, para qué nos vamos a engañar) sin histerias y pensando en qué es lo más conveniente para el interés general, aunque haya que aceptar algunos pequeños sacrificios individuales.
La cuestión de fondo es que el gasto en pensiones (como el gasto en sanidad o los intereses de la deuda pública) es un caballo que puede desbocarse y es de importancia vital mantenerlo bien embridado. ¿Qué quiere decir esto? Lo que quiere decir es que el gasto actual en pensiones representa más o menos el 10 por ciento de la riqueza que producimos anualmente. Todavía tenemos margen, pero no mucho más margen, porque existe el consenso de que si esa partida sube dos o tres puntos porcentuales más estará a un paso de convertirse en inmanejable. Porque ese 10 por ciento no es fruto de una decisión política de reservar esa parte concreta de la "tarta" nacional para los pensionistas y a continuación repartirla de manera más o menos justa entre todos ellos. Es producto de la suma de todos los derechos individuales subjetivos que los pensionistas han generado con sus cotizaciones y que ahora están legitimados para reclamarle al Estado.
¿Qué pasaría si un día esa suma de los derechos individuales alcanzase una cantidad que, como decíamos más arriba, resultara inmanejable para las arcas del Estado? Por eso hacen falta reformas, pequeñas correcciones del rumbo que, en efecto, suponen recortes no tanto en las pensiones ya consolidadas, sino en las expectativas de quienes nos jubilaremos en los próximos años.
Rescate, bancos, fortunas y calcetines
Hace 4 años
1 comentario:
¿Pequeños sacrificios individuales? No tan pequeños Sr. Legarda. ¿Los más sacrificados? Siempre los mismos.
La incompetencia e ineptitud de este gobierno está llevando en volandas a Rajoy a La Moncloa, y encima, le van a dejar arreglados los asuntos –anatema- más peliagudos y que la derecha jamás podría encarar porque las “fuerzas vivas” se los comerían crudos.
Solo falta –y mucha- que Rodríguez, antes de marcharse, instaure lo que el informe Abril apuntaba hace años y que ningún político ha tenido redaños para aplicar. El copago en la sanidad. Tanto en recetas pensionistas como en el uso de los servicios de atención primaria y hospitalarios. Países con recursos muy superiores a los de España hace años que lo practican. Mientras tanto, una diputada del PSOE pide 12.000 euros para viajar a Valparaiso en primera clase, más gastos de hotel y dietas para cuatro días.
Salud
Esperanza
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