La ortografía es una camisa de fuerza contra la libertad creadora, un cepo traidor contra los que tienen algo que contar y ganas de contarlo. Gabriel García Márquez, Premio Nobel, dice que habría que suprimir la ortografía. Cervantes, cuya memoria hoy celebramos, escribía su apellido con b y hoy lo escribimos con v...
Quien así piensa y se expresa es un hombre de porte elegante y discurso agudo y provocador. Es Pedro M. Talaván, editor romántico, de cabeza adornada con una melena de nieve que me recuerda la que lucía el gran Rafael Alberti allá por las Constituyentes del 77. A Talaván le gusta hacer la guerra por su cuenta, y así se convirtió en el creador e impulsor de la editorial Tal Vez, con sede en el calle Mayor de Velilla de San Antonio, por los confines del sureste madrileño.
Con motivo del Día del Libro, 23 de abril, Talaván nos convocó en un bar de la localidad -"Los Romeros" de nombre- para presentar la última producción de su factoría: 4 MENTES DEMENTES. Un libro original, de muy cuidada factura, del que son autores cuatro ciudadanos de diferentes orígenes, edades y trayectorias vitales. En la contraportada leemos lo siguiente: "Aquí tenemos a 4 autores convergentes y a la vez divergentes. 4 autores que atacan un mismo tema desde muy diferentes puntos de vista".
"José Manuel , con espíritu castizo; Pedro Talaván, con espíritu extremeño; Juan Carlos, con espíritu brasileño; y María con espíritu gaditano. Los cuatro entretejen bajo el mismo espectro -una estremecedora cama, un inquietante humo y un escalofriante título- una tenue tela donde las vicisitudes de la vida pueden hacer con un mismo fin diferentes guiones. Divergentes formas pueden converger en un mismo fondo. Y eso es lo que aquí sucede..."
En efecto, el bar-restaurante Los Romeros estaba lleno de humo, y también de ruido, pero ninguno de los presentes parecía sentirse inquieto por ello, como si la llamada Ley Antitabaco fuera también un corsé contra la inspiración creadora. "A mí me gusta leer en los bares, escribir en los bares -proclamaba Talaván lleno de entusiasmo-; los libros tienen que ser liberados de ese cementerio que son las bibliotecas, los libros tienen que ser llevados a la calle y a los bares". Fiel a su ideario guerrillero, el director de Tal Vez, organizó la presentación "lejos de los circuitos de la cultura oficial".
A pocos kilómetros de Velilla, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá, el poeta mexicano José Emilio Pacheco, había tenido ciertas dificultades con los pantalones a la hora de ir a recibir el Premio Cervantes. En Los Romeros nadie perdió ninguna prenda, pese al tono divertidamente erótico de los discursos y los textos que se leyeron. "Si no fuera por el impulso erótico -sentenció con sabiduría Talaván- ninguno de nosotros estaríamos hoy aquí celebrando esta presentación".
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