martes, 30 de septiembre de 2008

¿HACIA LA REFUNDACIÓN DEL CAPITALISMO?

Las crisis financieras, el inflado y posterior estallido de las burbujas especulativas son tan consustanciales al capitalismo como la avaricia al ser humano. Confieso que uno de los datos que más me ha llamado la atención, en estos días de quiebras y negociaciones al borde del abismo, es que algunas entidades financieras -españolas y no españolas- habían comprado a Lehman Brothers bonos que podían llegar a rendir un 25 por ciento anual.
Dicen que los productos que ofrecían Lehman y otros bancos de inversión eran tan enrevesados que ni siquiera los expertos eran capaces de desentrañar su verdadera esencia. No me extraña esa complejidad extrema, porque hace falta mucho maquillaje, mucha ingeniería financiera, para hacer atractiva y creíble una oferta -¡el 25 por ciento anual!- que suena demasiado a "toco-mocho".
Creo que en las informaciones publicadas en los medios de comunicación se ha hecho mucho hincapié en los aspectos más obvios del problema -las hipotecas dejaron de pagarse, los activos que se creían seguros se convirtieron en "activos tóxicos", los bancos no se fían y no se prestan entre sí, la Reserva Federal quiere emplear 700.000 millones de dólares de los contribuyentes para el plan de rescate, etc.- y no se ha explicado en detalle cómo los "timadores" captaban dinero con la promesa de un 25 por ciento a partir de unas hipotecas por las que los titulares estaban pagando una tasa del 5 ó 6 por ciento anual. Tampoco se ha explicado suficientemente por qué miles y miles de inversores y gerentes bancarios se dejaron engatusar por esas ofertas, qué tenía que suceder para que esa promesa del 25 por ciento se hiciera efectiva.
El Presidente francés, y presidente de turno de la Unión Europea, Nicolás Sarkozy, ha propuesto una refundación del capitalismo sobre unas nuevas bases morales, orientadas sobre todo al esfuerzo y a la creación de riqueza real y no tanto a la pura especulación financiera. Sarkozy tiene siempre en la cabeza a esa "Francia que se levanta temprano", según le gusta repetir una y otra vez en sus discursos. Pero no creo que el ascetismo de los franceses madrugadores vaya a derrotar, como modelo, al hedonismo de los que sueñan -y a veces consiguen- hacer dinero a espuertas.
El problema es que la riqueza financiera, que muchas veces no es más que humo, crece mucho más deprisa que la riqueza real. Lo hemos visto aquí con el ladrillo: lo que hoy valía diez mañana valía veinte; y muchos han hecho dinero, algunos han amasado grandes fortunas, y otros muchos se ven ahora atrapados por unas deudas que les pueden llevar a la ruina.
¿Podría refundarse el capitalismo? Antes habría que refundar al ser humano, y no creo que esto segundo sea posible. El comunismo, originariamente, fue un intento de fundar una sociedad y una economía basadas en la propiedad colectiva de los medios de producción y ya se vio en qué clase de horror desembocó el intento. La economía basada en la búsqueda del interés individual, en la propiedad privada, en el mercado, se ajusta mejor a las tendencias naturales del ser humano, egoísta y avaricioso.
Seguirá, por tanto, el capitalismo, porque otra alternativa no hay. Aumentarán los controles y las regulaciones, quizá por un tiempo reine la prudencia, como ha pasado en nuestras carreteras después del carnet por puntos, pero la avaricia y la especulación volverán a la escena. Cuando el estallido de la burbuja tecnológica, una de las cosas que más me asombraron fue que la llamada tecnología UMTS para la telefonía móvil -por la que se subastaban y pagaban licencias multimillonarias- era sólo humo: mis amigos me dijeron que, en realidad, esa tecnología no estaba disponible en el mercado, pero era algo que se pensaba que iba a existir. Muchos comparan lo que está sucediendo en estos días con el "crash" del 29, pero el gran economista John Kennet Galbraight se pasó una buena parte de su vida advirtiendo del peligro de que volviera a repetirse lo ocurrido hace ahora 79 años. No vivió lo suficiente para comprobar cómo los hechos parecen darle la razón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

John Kenneth Galbraith dijo: Bajo el capitalismo, el hombre explota al hombre; bajo el comunismo, es justo al contrario. ¿Refundar a los miembros y miembras? ¡pànico me da! es mas, creo vamos en el sentido contrario cada día veo a las nuevas generaciones mas "reconfundidas". Afortunadamente en la CEE y gracias a los controles de los gobiernos la cosa no será tan grave como en EEUU. Lo del ladrillo en ESPAÑA... ha pasado como el cuento del lobo.
Abrazos jag-El Ejido

Anónimo dijo...

Ahora que leo esto que yo mismo escribí me percato de lo desviado de este comentario. Al parecer se trata de refundar el CAPIALISMO. Menos mal, ya me quedo mas tranquilo. A los que hay que atar en corto es a los Bancos y Cajas y a los que controlan a estos que han "invitado" a vivir por encima de sus posibilidades a muchos ciudadanos. Unos por necesidad y la mayoria por pretender pertenecer al club de los nuevos ricos. Obviamente, los que no hemos sacado los pies del tiesto tambien notamos la tantas veces negada crisis -que dicho sea de paso ahora no se les cae de la boca- pero menos.