"Francisco Camps es el más honorable de todos los españoles". Lo dijo Jaime Mayor Oreja en el mitin gigantesco que los populares celebraron en la plaza de toros de Valencia. Puede que sea verdad eso de que el Presidente de la Generalitat valenciana es el español que puede presentar una hoja de servicios más limpia, pero resulta defícil creerlo en vista de lo que ya sabemos sobre sus relaciones estrechas con personajes que medraron a la sombra del poder valenciano.
Lo que hasta ahora no sabemos del llamado caso Gürtel deberían investigarlo los tribunales sin que el partido de los presuntos implicados proclame a los cuatro vientos que se trata de una campaña de desprestigio contra toda la organización. Ya está claro que el PP trata de presentar su hipotética victoria en las urnas como una absolución popular a sus dirigentes enfangados en feos asuntos de corrupción. Pero en el estado de derecho los que juzgan si hay o no hay delito son los tribunales y no las asambleas mitineras donde el entusiasmo se desborda al grito de "todos te queremos, Paco".
Los detalles, ay los detalles. En esas cosas mínimas en las que nadie repara se labran la ruina de los criminales y la gloria de quienes les persiguen. Al Capone no cayó en la cuenta de que los apuntes en los libros tenían que cuadrar unos con otros y de pronto apareció un administrativo minucioso que lo envió a la sombra por una larga temporada. No sé si los lectores de ZD recuerdan la historia de aquel diputado español que fue detenido a la salida de unos grandes almacenes en Londres. No había caído en el detalle de que alguien podía ver aquella disimulada habilidad con que iba metiéndose bisuterías en los bolsillos. En un intento desesperado de subsanar el error, el diputado cleptómano declaró que no podía entender cómo aquellas cosas sin valor alguno habían ido a parar a sus bolsillos y exhibió su credencial de parlamentario para demostrar que él era el más honorable de todos los españoles.
Ahora estamos en el detalle de los trajes. ¿Cómo es posible - nos preguntamos muchos- que un hombre que maneja un presupuesto de miles de millones se haya dejado enredar en un asunto tan nimio? Cuando la caída de Mario Conde -otro que manejaba miles de millones, que tenía una corporación industrial que significaba el 1 por ciento del PIB de España y que podía adjudicarse a sí mismo el sueldo que le diera la gana - yo también me preguntaba cómo era posible que al final lo hubieran encausado no por el cataclismo que ocasionó en Banesto sino por la desaparición de 300 miserables millones. Camps asegura que siempre paga sus trajes en efectivo, detalle este que ya lo convierte en sospechoso por su anacronismo. Y como es un hombre honorable, el más honorable de España, cree que todos sus conciudadanos son igual de honorables y no tiene la precaución de guardar los recibos, por si le han colocado mál las hombreras o los forros se deshilachan.
Así que la afirmación de Mayor, el hombre de los valores eternos e inmutables, se nos antoja un tanto precipitada y arriesgada, fruto posible del subidón que tiene que darle a uno cuando se ve ante veinte mil gargantes que gritan ¡a por ellos! Habíamos comenzado la jornada con los brotes verdes detectados en las oficinas del INEM y la terminamos con brotes de humor negro en el más grande mitin celebrado en lo que va de campaña. Dos por el precio de uno, habría dicho Felipe González.
Rescate, bancos, fortunas y calcetines
Hace 4 años
2 comentarios:
No estoy de acuerdo con el señor M Oreja. Yo soy más honrado que ese otro señor. Guardo hasta los tickes de la fruteria por tres años, no es un farol, ayer me encontré los de los tres ultimos años, ordenditos ellos y pude ver la variación del precio de las naranjas en el puesto que yo compro, no es niguna patologia fue azar, (ya lo explicare fuera del blog)
saludos
Francisco Camps es el más honorable de todos los españoles; El triunfo del F.C. Barcelona sobre el Manchester fue un orgasmo sideral: dijo un comentarista deportivo de RNE. Una señora le decía a otra que su nieto había tenido un doce en matemáticas; Rajoy quiere a Camps delante, detras, a los lados, por todas partes. Esto es una desmesura... Y después... ¿Para qué más detalles?/ya sabéis... copas, risas, excesos./¿Cómo van a caber tantos besos/en una canción)dice el rey de los canallas Joaquín Sabina: que tampoco es cosa de quedarse corto a la hora de calificarle precisamente en estos días en que todo se nos queda pequeño.
Un cordial saludo
M. Sant Macía
Publicar un comentario