Este monumento a las Brigadas Internacionales se alza junto a la carretera M-302, unos cuatro kilómetros al oeste de Morata de Tajuña. Visto desde lejos, y según la perspectiva que se elija, parece un puño en alto, el saludo tradicional de los comunistas, pero en realidad son dos manos, una sobre otra, que parecen transmitirnos una actitud pensativa, como de recogimiento. Podrían ser las dos manos de alguien que está rezando. Fue inaugurado el 7 de octubre de 2006 y desde su base se domina un amplio paisaje de monte bajo, olivares y viñas. Avanzando unos 500 metros hacia el oeste, se llega a otra elevación en la que un sencillo mojón de piedras señala el lugar donde el poeta irlandés Charlie Donnelly cayó herido mortalmente. Los participantes en la marcha escucharon aquí la lectura de un poema de Donnelly titulado "La tolerancia de los cuervos".
Otro poco más hacia el oest
Estas lomas de intenso olor a romero y tomillo, donde las abejas se disponen para una intensa tarea primaveral, estos olivares bien cuidados, estas viñas plantadas y podadas según los más avanzados criterios de la productividad, fueron hace 72 años un infierno de fuego y muerte. Las tropas sublevadas trataban de cerrar la pinza sobre el Madrid republicano y las fuerzas de la XV Brigada lograron impedirlo. Es un capítulo de nuestra historia y los caminantes de este sábado pasado, bastante jóvenes la mayoría, pensaban que vale la pena recordarlo.
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