Una de las expresiones o conceptos más a la última en la información política y económica es la llamada prima de riesgo. Pocas personas -si hiciéramos una encuesta callejera- serían capaces de identificarla con precisión, pese a que se maneja constantemente como argumento de autoridad para justificar desmanes como los que se están cometiendo contra la ciudadanía griega, irlandesa, portuguesa y también española. Para algunos, lo que dictan los mercados y la prima de riesgo son las nuevas tablas de la ley, de modo que muy bien podríamos ahorrarnos el coste de ir a las urnas y gobernar los países con arreglo a cómo pinte cada mañana la famosísima prima.
¿y en qué demonios consiste o qué demonios es esa prima que nos trae a mal traer? Digamos que es el interés adicional que un país, por ejemplo España, tiene que ofrecer para captar capital en relación con el que necesita ofrecer el país de referencia, que -¡oh, casualidad!- es Alemania. Hace algunos años se decía que el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y siempre gana Alemania. Ese predominio teutónico parece haberse trasladado ahora a los mercados, que son el territorio donde todas las economías compiten por captar el ahorro disponible y siempre se lo lleva Alemania.
Todos estamos endeudados hasta las cejas,también los alemanes, con todo lo arrogantes que se muestran. Pero a ellos, que también recurrieron a la contabilidad creativa y a las trampas cuando tuvieron que digerir la expansión hacia el antiguo Este comunista, ahora les ha salido un aliado poderosísimo: el miedo de los inversores. Este miedo, convenientemente azuzado desde las tribunas que pregonan el evangelio neoliberal, ha llevado a que la gente esté dispuesta a presarle dinero al gobierno alemán a un precio del 2,8 por ciento anual, mientras que a España se le exige, a día de hoy, un 5,4. Por eso se habla en los telediarios y en las páginas económicas de que "la prima de riesgo se ha disparado hasta los 260 puntos básicos". El lenguaje tecnocrático, como el de los antiguos predicadores, lo que persigue es asustar y manipular al pueblo llano haciéndole creer que no está capacitado para entender las altas cuestiones que le afectan. Pero un punto básico, queridos amigos, no es más que la modesta centésima de toda la vida. Y nótese, por otra parte, el comportamiento irracional a que conduce el miedo, porque comprar deuda alemana al 2,8 significa perder dinero en términos reales, si tomamos en cuenta la inflación y los impuestos que hay que pagar por los intereses recibidos.
El presidente del BBVA, Francisco González, ha dicho en la Universidad Menéndez Pelayo, tomando como punto de partida la prima de riesgo, una barbaridad que le descalifica. Según él, cada cien puntos básicos que sube la prima de riesgo de la deuda española le cuestan a nuestra hacienda pública la friolera de 12400 millones de euros en intereses anuales. Esto es falso de toda falsedad.
Veamos. Actualmente, hay unos 700.000 millones de deuda pública en circulación, que tienen un coste medio del 3,5 por ciento anual y a los que no afecta para nada la famosísima prima de riesgo.¿Por qué no les afecta? Pues porque son títulos ya emitidos a un determinado tipo de interés, que es inamovible para toda la duración de dichos títulos, duración que puede oscilar entre tres meses y treinta años. En todo caso, esa referencia -extraída de las cotizaciones en el mercado secundario de deuda pública- afectará a los títulos que hayan de emitirse a partir de ahora. Resulta que, entre amortizaciones y nuevas emisiones, el Reino de España puede necesitar este año unos 100.000 millones. Y resulta, además, que muchos de los títulos que se amortizan están pagando intereses más altos que los que se pagan a día de hoy, a pesar de la prima de riesgo. De modo que cien puntos básicos( que es un punto porcentual más) pueden suponer, como mucho, 1.000 millones más al año en intereses. Es una cantidad respetable, pero muy alejada de la que expuso en Santander el señor González. Para llegar a esos 12400 millones que él ha escrito en su pancarta necesitaríamos más de 10 años renovando y emitiendo nueva deuda con la prima de riesgo actual.
Lo que pasa es que la dichosa prima de riesgo, tan de moda últimamente, les viene muy bien como coartada a los poderosos de este mundo, abanderados de un programa de recortes de derechos y prestaciones, sacrificios, subidas de impuestos indirectos y privatizaciones para que paguen la crisis los pecheros de siempre. Dice el señor González que España no puede asumir una prima de riesgo como la actual. Pero lo que de verdad no puede asumir España es el "morrazo" que gastan ciertos tipos que están en sus puestos de relumbrón no por los principios constitucionales de mérito y capacidad, sino gracias al dedazo de sus amigos, y encima se adjudican a sí mismos unos sueldos anuales que multiplican por 600 ó 700 veces el sueldo medio de los empleados que tienen bajo su mando. Eso es lo que de verdad no puede asumir España.
Rescate, bancos, fortunas y calcetines
Hace 4 años
1 comentario:
muy acertados todos tus articulos sobre la actualidad... pero ... podria dejarte el link para votar el mejor presentador de la radio
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muchas gracias... y no dejes de escribir.
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