Escribo estas líneas un par de horas antes de que Mariano Rajoy, después de haber jurado su cargo en el Palacio de la Zarzuela, anuncie los nombres de los nuevos ministros. Curiosamente esa comparecencia del nuevo Presidente del Gobierno ante los medios va a coincidir con otra comparecencia pública en la que un nutrido grupo de militantes y dirigentes socialistas van a presentar el documento titulado "Mucho PSOE por hacer".
Se me ocurre que una cosa sobre la que debieran reflexionar los redactores del documento socialista es que Rajoy ha conseguido por fin llegar a La Moncloa después de dos intentos previos fallidos. Casos como el de Rodríguez Zapatero, que consiguió ganar a la primera, son más bien la excepción. Recuérdese que Felipe González también perdió dos veces antes de ganar arrolladoramente en las elecciones de 1982; y también José María Aznar conoció el amargo sabor de la derrota en dos ocasiones antes de su triunfo por la mínima en 1996.
¿Qué quiero decir con todo esto? Que quizá los dirigentes socialistas no deberían dejarse arrastrar por el dramatismo de la derrota, por las prisas o las urgencias. Y que quizá deberían limitarse a un debate y una renovación tranquilos, con la vista puesta en el Congreso que ya tienen convocado y en el que habrán de elegir un nuevo Secretario General. ¿Sería mejor que el Secretario General lo elijan todos los militantes en lugar de los delegados elegidos para el Congreso? Es posible que sí, pero los estatutos actuales dicen que ha de elegirse en el Congreso, y en todo caso eso ya es un grado de democracia interna infinitamente superior al que se da en el PP, donde el líder designa con su dedo al sucesor, como ocurrió hace ocho años con Aznar y Rajoy.
Pero volvamos al Rajoy triunfante que a solas en su despacho de La Moncloa prepara la comparecencia de esta tarde, porque a lo mejor no es de muy buen gusto recordarle ahora que debe su liderazgo al dedo de su antecesor. Dijo en su discurso de investidura el nuevo Presidente que para su Gobierno no habrá españoles malos y españoles buenos, pero es evidente que a los parlamentarios y votantes de Amaiur los considera españoles malos, puesto que les ha impedido tener grupo parlamentario aun a riesgo de recibir un varapalo por parte del Tribunal Constitucional.
También dijo que, salvo las pensiones, todas las partidas de gasto están en revisión. No dijo nada, sin embargo, de pedir un esfuerzo a los que más tienen, por ejemplo a través del Impuesto de Sucesiones, que es claramente un impuesto a favor de los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad. Dijo asimismo el nuevo Presidente que es inaceptable la extendida práctica de que los futuros jubilados pasen previamente dos años por el paro, pero no dijo nada de los sueldos estratosféricos que se adjudican a sí mismos los altos directivos de las empresas. Y, hablando de la acción exterior que se propone llevar a cabo su Gobierno, no dijo nada de los paraísos fiscales, no dijo nada de incrementar la lucha contra el fraude fiscal.
Así que, con el discurso de Rajoy en la mano, uno siente que puede ser razonable la sospecha de que los esfuerzos y sacrificios que se van a pedir para cuadrar las cuentas van a ser muy asimétricos y que el resultado final será un peor reparto de la riqueza. Desde la derecha, y también desde la izquierda, se dice siempre -o casi siempre- que la mejor forma de repartir la riqueza es crear empleo. Pero ahí tenemos el ejemplo de Estados Unidos, donde hay la mitad de paro que aquí pero el doble de gente en la miseria, el doble o el triple de gente viviendo bajo el umbral de la pobreza, diez o quince veces más de gente sin ningún tipo de protección frente a la enfermedad. Cabe también la esperanza de que Rajoy decida mirar más hacia la Alemania de Angela Merkel, que tiene menos de la mitad de paro que nosotros, pero con una recaudación fiscal 10 puntos de PIB por encima de nosotros y con un gasto social otros 10 puntos de PIB por encima del que se registra en la piel de toro.
Rescate, bancos, fortunas y calcetines
Hace 4 años
2 comentarios:
Querido Santiago, aprovecho el espacio y el tiempo, de dulce diciembre, para desearte a ti y los tuyos un año 2012 que contradiga en la medida de lo posible los augurios y pronósticos tan fundados de caballeros economistas y piratas de la mercadería andante. Y espero que hagas más frecuentes tus incursiones por este territorio web, tus lectores te o agradeceremos. Yo, el primero.
Bueno Santiago, lo de un encuentro en Alcalá o en otro cualquier sitio se tiene que dar. Ahora los buenos deseos para el 2012 y por fin el comentario para el opinador anónimo, cobarde, -¿serán sinónimos cobardía y anonimato?- votante de la mayoría democrática. Este espécimen aún no se ha convencido -creo que ni entendido- que una de las grandezas de la democracia es el respeto a las minorías y el total derecho a ver las cosas de manera distinta que tu las ves. Creo que no es necesaria la doctrina, pero eso de que alguien piense por mi e molesta.
Sobre el congreso del PSOE déjales que se den de hostias: no es ni la primera ni será la última vez, por eso duran tantos años, parece que la idea central, la libertad de ideas, alarga la vida...
Publicar un comentario