¿A nadie le resulta sospechoso o cuando menos chocante que todos los puestos en la dirección nacional de Podemos y en la llamada Comisión de Garantias hayan sido copados por los candidatos propuestos por Pablo Iglesias? ¿No resultan asombrosos estos resultados "a la búlgara" en una formación política que dice querer acabar con la corrupción, renovar la democracia española y abrir un nuevo proceso constituyente para sustituir al "anquilosado" régimen del 78? A partir de ahora, con todos los puestos de decisión bajo su control, Iglesias podrá arrojar a las tinieblas exteriores o quitarse de encima a cualquiera que ose discutir sus planteamientos en el interior de la nueva formación política.
Digámoslo con toda claridad: el método de elección interna elegido por los impulsores de Podemos, siendo en apariencia tan democrático, produce unos resultados que liquidan cualquier posibilidad de debate u oposición interna. Los votantes que con tanto entusiasmo han participado en las redes sociales parecen decirnos: tenemos el líder, él tiene las nuevas Tablas de la Ley, conoce el camino hacia la Tierra Prometida, sólo tenemos que seguir su palabra y todo lo demás vendrá por añadidura.
Imaginemos por un momento que la nueva formación, guiada por el liderazgo clarividente de Iglesias, se hace con la mayoría en las próximas elecciones y que decide, de acuerdo con sus promesas, convocar al pueblo español para un nuevo proceso constituyente. Pero no lo hace con la ley electoral actual, tan imperfecta, sino con una nueva ley que establece el mismo método de elección que el utilizado para elegir el Consejo Ciudadano de Podemos. Tendríamos, pues, una única circunscripción electoral por la que se elegirían los 350 representantes de la soberanía nacional. Cada fuerza política presentaría sus 350 candidatos y cada ciudadano, en ejercicio de su sagrado derecho al voto, tendría la posibilidad de marcar tantos nombres como representantes a legir. ¿Qué sucedería? No hace falta ser una lumbrera para deducir que la formación de Iglesias obtendría, en esas circunstancias, más o menos el 100% del nuevo parlamento español. ¡He aquí el arte de birlibirloque de las llamadas listas abiertas! ¡He aquí la unanimidad total en una sociedad que es plural por naturaleza! Entonces P.I. tendría vía libre para su proclamada misión de barrer España.
Rescate, bancos, fortunas y calcetines
Hace 4 años
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