Hoy es uno de esos días en que las dudas me asaltan cuando me siento al teclado. Me pregunto si vale la pena y si no me estaré metiendo en camisa de once varas. El caso es que hoy, 31 de Julio de 2008, es el último día de Clásicos Populares en Radio Nacional de España. Es una de las despedidas más tristes en estos meses un poco necrológicos que llevamos desde que se puso en marcha el Expediente de Regulación de Empleo. Supongo que no soy nada original si digo que este programa, un auténtico buque insignia de la radio pública, nos ha enseñado a muchos a amar la música clásica y a divertirnos con ella. Su desaparición deja un vacío que será muy difícil de llenar, aunque antes o después tenía que suceder puesto que nada es eterno, y más cuando está ligado al destino personal de alguien que, sin ánimo de ofender, sino todo lo contrario, podemos considerar una "estrella".
En días pasados, Fernando Argenta, la estrella radiofónica y televisiva que ha dirigido y presentado Clásicos Populares durante los últimos años, ofreció en el transcurso del programa una larga, pero confusa, explicación de por qué desaparece. Lo que parecía deducirse de sus palabras es que los culpables de todo eran los directivos de RTVE: él no quería prejubilarse, intentó negociar con los citados directivos, pero éstos no le ofrecieron más alternativa que la aplicación a rajatabla del ERE. Lo que quedó, y sigue estando, en la más absoluta nebulosa es por qué la jubilación de una persona tiene que llevar acarreada la desaparición de un programa que se supone que está hecho por todo un equipo de trabajadores, aunque luego sea la "estrella", quien se pone ante el micrófono o ante la cámara. ¿Alguien se imagina que los trenes dejaran de funcionar porque se ha jubilado el más querido factor de RENFE? ¿O que se cerraran al tráfico las autopistas cuando pasa al retiro el ingeniero que las diseñó?
Ni nuestro muy querido Fernando Argenta ni la dirección de RTVE han dado un explicación y creo que los oyentes merecen tener esa explicación. Por el interior de la casa, que Argenta dice no reconocer ya como suya, corre el rumor de que, a su debido tiempo, fue tan avispado como para registrar Clásicos Populares a su nombre. Y esta sería la razón de que el programa que lo sustituya pueda tener un contenido similar, centrado en la divulgación de la música clásica, pero no el mismo rótulo. También podría suceder que el rumor fuera falso y que, en homenaje a la "estrella", la dirección de RTVE haya decidido retirar el rótulo, como algunos clubes de baloncesto y de otros deportes retiran de su indumentaria ciertos números en honor de las "estrellas" que los lucieron. Insisto, los oyentes merecen una explicación y esa explicación, parafraseando al alcalde de Bienvenido míster Marshall, la deben dar Fernando Argenta y los directivos de RTVE. Y por lo demás, salud a todos, al compañero que se prejubila, a los que tengan el honor de sustituirle y a la radio pública, cuya sintonía pone banda sonora a nuestras vidas. La foto que acompaña a estas líneas es una reproducción de la contraportada que hoy dedica el diario El País a Fernando Argenta.
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