martes, 20 de enero de 2009

OBAMA Y LA RECONSTRUCCIÓN DE AMÉRICA (Y DEL MUNDO)

"A partir de hoy tenemos que levantarnos, sacudirnos el polvo e iniciar la tarea de reconstruir América", dijo el nuevo Presidente de los Estados Unidos en el momento culminante de una ceremonia en la que volvió a demostrarse el talento de los norteamericanos para el espectáculo. Esa reconstrucción no sólo es necesaria en el terreno de las infraestructuras, de la reactivación económica, de la mejora de las escuelas y la sanidad, las prestaciones sociales o la creación de nuevos puestos de trabajo. Es necesaria sobre todo en el ámbito moral, porque demasiadas cosas, desde la guerra de Iraq a las hipotecas envenenadas, han deteriorado la ambición siempre sostenida de que USA ejerciera el liderazgo mundial. La última guinda, apenas unas horas antes de que Obama jurase su cargo, la ha puesto el propio Tribunal Supremo, admitiendo que pruebas obtenidas por medios ilégitimos puedan ser utilizadas en los juicios.
Casi todo el discurso inaugural del nuevo Presidente estuvo centrado en ese terreno de los valores morales, por ejemplo cuando invocó los ideales de los "padres fundadores" como luminarias que deben seguir alumbrando al mundo. Ideales que se condensan "en la promesa divina de que todos los hombres nacen iguales, libres y merecedores de la máxima felicidad posible". Obama reconoció que América asiste al comienzo de su mandato acosada por el miedo a que el declive de su hegemonía sea inevitable. Y subrayó sin rodeos y desde los primeros párrafos que "vivimos inmersos en una grave crisis, involucrados en dos guerras y con la economía debilitada por la irresponsabilidad de algunos".
Visto con los ojos de un espectador europeo, el discurso de Obama -menos brillante, quizás, de lo que se esperaba- podría calificarse como un discurso de inspiración socialdemócrata, aunque esta sea una palabra maldita en el vocabulario político de Norteamérica. Dijo muy claramente que "la nación no puede prosperar si deja que el mercado se le escape de las manos", que los beneficios de la prosperidad deben llegar a todos, que el Gobierno debe ayudar a las familias que lo necesiten y que los Estados Unidos no pueden seguir despilfarrando los recursos naturales del planeta. En el terreno de la política exterior, Obama ofreció diálogo y cooperación "a todos los que buscan la paz"; y especialmente significativa fue su llamada al mundo musulmán para trabajar juntos por la paz "desde el respeto mutuo". No dijo nada de los caminos de la paz y la guerra en Oriente Medio, y esta fue una carencia llamativa en su alocución.
En el escenario azul, blanco y rojo montado en las escalinatas del Capitolio la música de Obama sonó bien. No era el suyo un discurso de investidura, sino un parlamento solemne para subrayar los valores, los principios y las ideas-fuerza que constituirán el esqueleto de su acción de gobierno. Ahora vamos a dar tiempo al tiempo para ver hasta dónde sus obras hacen honor a sus palabras, porque uno tiene la impresión de que las expectativas levantadas con su llegada al poder parecen exageradas, como exagerado es ese ochenta por ciento de ciudadanos norteamericanos que dicen confiar en él. Todo el mundo quiere subirse al carro del vencedor.

4 comentarios:

P. M. Talaván dijo...

Sí, pero, siempre será, por lo menos un tiempo importante, para banqueros y otros, un hombre negro y zurdo. ¿Cómo quieres que me ponga trabajar un bicho como ese en contra de mis intereses?
PMT

Anónimo dijo...

Legalizacion del Partido Comunista de los Estados Unidos ¡YA!

¡¡Hay que me meo!!

Saludos
Ines

Anónimo dijo...

Tengo que empezar diciendo que por principios, niego que todos los políticos son iguales, niego que de lo mismo que gobierne un partido a que lo haga otro; y pese a quienes sostienen lo contrario, que no son pocos, la sola comparación de la era Clinton con la era Bush viene a poner de manifiesto que las diferencias existen. Ahora bien, lo que no se puede esperar es que las cosas cambien hasta el punto de que alguien pueda decir en EE.UU. con fundamento aquello que se le achaca a Alfonso Guerra de "En unos años, a este país no lo va a conocer ni la madre que lo parió". Ire a lo concreto. ¿Alguien puede imaginar al ejército del imperio ocioso? Yo al menos no. Todavía recuerdo la cabecera del diario "ElPaís" dos años después de terminada la Gerra Fría. "Esta paz es una ruina", en líneas inferiores explicaban la razón del titular que como os podéis imaginar hablaba de los difíciles momentos por los que pasaba la industria armamentística. Pero es que además, el imperio, para mantenerse tiene que estar haciendo permanentemente demostraciones de poder y mientras el mundo no cambie, cosa que no parece que se vislumbre en el horizonte, no hay más poder real que el de la fuerza y esta es una realidad que si alguna vez comienza a cambiar no será, desde luego, en EE.UU.
M.Sant Macía
Un cordial saludo

Anónimo dijo...

D. Marcelino; no se porque se empeña todo el mundo en satanizar a los EEUU. Seré breve.

Un reciente informe oficial del Gobierno español admite la venta de armas a Israel por valor de más de 1.550.000 euros mientras envia "tiritas" a los palestinos.

¿Sabe que países están trapicheando con Uranio Enriquecido? EEUU no desde luego.

Me alegro de volver a leerle.
Saludos
José Antonio