miércoles, 24 de junio de 2009

¿VIVIRÁN NUESTROS HIJOS PEOR QUE HEMOS VIVIDO NOSOTROS?(CONTINUACIÓN)

Leo en el diario EL PAÍS un reportaje de José Luis Barbería en el que se afirma que "nunca como hasta ahora, en siglos, se había hecho tan patente el riesgo de que la calidad de vida de los hijos de clase media sea inferior a la de sus padres". Vaya, vaya, yo creía que esto de la clase media era un invento mucho más reciente, del último medio siglo más o menos. También creía que el progreso ni es ni ha sido lineal y me pregunto si los jóvenes que llegaron a la edad adulta en la época de la Gran Depresión vivieron mejor de como lo habían hecho sus padres en las dos décadas anteriores.
El autor cita la última encuesta de Metroscopia, según la cual el 54 por ciento de los jóvenes entre los 18 y los 35 años no tienen ni proyectos ni ilusión. Al parecer, además, los sociólogos han detectado la aparición de un modelo de comportamiento juvenil y adolescente caracterizado tanto por la negativa a trabajar como a estudiar. Desde luego una cosa es cierta: los que se esfuercen puede que acaben quedándose por el camino y no logren alcanzar sus objetivos, pero los que se dediquen a la vagancia tendrán una vida poco envidiable, tal como ha ocurrido siempre. Esto ya lo advirtieron San Pablo y Lenin: el que no trabaja no come.
Sin embargo, en estos pronósticos tan sombríos yo creo que hay un error de enfoque. Los jóvenes recién salidos de las Universidades o que se disponen a incorporarse al mercado laboral tienden a compararse con la situación de sus padres a día de hoy, pero deberían compararse con la que tenían hace 35 ó 40 años. Pondré un ejemplo que conocí de primera mano. En 1970 un aprendiz electricista de 16 años ganaba algo menos de 3.000 pesetas al mes, es decir, unos 18 euros. Ahora ya no hay aprendices, porque todo el mundo quiere pasar del aula universitaria al despacho con mando en plaza, pero lo cierto es que la actual generación de jóvenes, supuestamente la mejor preparada de nuestra historia, necesita un período de aprendizaje como lo hemos necesitado todos. Y no es lo mismo pasar la dura prueba del aprendizaje a los 15 años que pasarla a los 25, pero difícilmente un recién licenciado, se ponga como se ponga, puede aspirar a ganar más que su padre desde el primer contrato.
¿Cuánto debería ganar hoy un jóven aprendiz de 16 años para ganar en términos reales lo mismo que hace 39 años? En la página Web del Instituto Nacional de Estadística encontramos la respuesta: 323 euros al mes. Pero resulta que el Salario Mínimo Interprofesional está en 624 euros, de modo que un joven que decidiera ponerse a trabajar para aprender un oficio estaría ganando, de entrada, casi el doble de lo que habría ganado hace cuatro décadas. Y con la ventaja añadida de que ese dinero, muy probablemente, sería para él en su totalidad, mientras que hace cuarenta años había que entregarlo en casa hasta la última peseta.
Por otra parte, cabe suponer que la riqueza acumulada por las generaciones que hoy están en la madurez irá pasando, a su debido tiempo, a las generaciones posteriores, con la consiguiente repercusión en sus niveles de bienestar. En resumen, pues, creo que son un poco prematuros y un poco injustificados esos miedos por lo que pueda pasar en el futuro y no me parece que sea tan difícil imaginar a nuestros descendientes con un nivel de vida un poco más alto que el nuestro. La clave estará en cómo evolucione la economía. En los últimos 40 años la renta per cápita de los españoles se ha incrementado, en términos reales, más de un cien por cien. Y a pesar de la crisis actual, es muy probable que vuelva a crecer otro tanto en las próximas décadas. Lo que no podemos saber es si esa renta incrementada estará mejor o peor repartida que ahora. Pero es que el futuro, queridos amigos de la generación desorientada, no está escrito, el futuro hay que currárselo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que vivna en el futuro peor que nosotros. A no ser que sean tontos, y pertenezcan a la generación "SIN-SIN". Me explico sinestudios y sin trabajo, grupo que esta formado por varios miles de jóvenes, que viendo como ganar un dinero fácil, y sin tener que dar nada para gastos de mantenimiento del hogar en el que viven, han presumido y presumen de tener un coche mucho mejor que el mio por ejemplo. Y que no saben hacer la o cion un canuto.
Conozco peones de albañil que aprovechando el furor del adoquín pasaron de peones a encargados de obra en muy poco tiempo, y ahora no quieren volver a trabajar de peón por que según ellos ya son encargados de obra.
Y hay otra cosa clara, con estudios universitarios o sin ellos.En este ejercito no puede haber más jefes que indios.
Y también es una faena que haya titulados que tengan que realizar labores diferentes a su titulación ,y eso es bastante triste, pero es una historia para otro día
salU2

Anónimo dijo...

No sé si las generacione que vienen detrás viviran mejor o peor
Una vez cubiertasc las necesidades básicas, lo de vivir mejor o peor es subjetivo y por tanto materia opinable. De lo que no hay duda es de que tanto San Pablo como Lenin tenían razón al decir que el que no trabaja no come.
Un cordial saludo
M.Sant Macía

pedro e dijo...

Para quien le interese , en www.radioalcala.net puede verse un video resumen del concierto de Paco Ibañez en el Teatro Salón Cervantes.... Entre otras muchas cosas .

Palmiro dijo...

El periodismo funciona a menudo con ocurrencias sin contexto. Estamos acostumbrados a que cada mes se descubra una nueva tendencia social, por eso me parece interesante que un periodista con talento y tiempo por delante y por detrás como tú derribe un par de mitos sin tener que levantarse para consultar a Max Weber, Durkheim y otros clásicos de la sociología. Fantástico post, admirado compañero.

Anónimo dijo...

Pues amarga la verdad,
quiero echarla de la boca;
y si al alma su hiel toca
esconderla es necedad.
Sépase, pues, libertad
ha engendrado en mi pereza:
la pobrezaaaaaaa
¿Todabia sigue este tipo dando la murga?

Anónimo dijo...

Se escribe todavía. Perdon por el lapsus culpa de la ESO