La sesión de control de este miércoles venía cargada de expectación porque en Vitoria Ibarreche acababa de desvelar el contenido de sus dos preguntas a la ciudadanía vasca, dos preguntas para proseguir con el pulso a todos los poderes del Estado. Pero nadie en el Hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo se salió del guión previsto para plantearle la cuestión al Jefe del Gobierno. El único que se salió de los cauces, aprovechando las lluvias de las últimas semanas, fue Joan Herrera para pedir que se deje sin efecto el proyectado trasvase de urgencia a Barcelona. Los socialistas aplaudieron mucho cuando el Presidente le dijo al diputado de ICV que "creía que el Pisuerga pasa por Valladolid y no por la capital de Cataluña".
Mariano Rajoy consiguió ganarse los aplausos de los suyos cuando acusó a Rodríguez Zapatero de no decir la verdad sobre la evolución de los datos económicos, aunque fue superado por Soraya Sáenz de Santamaría, que semana tras semana va ganando en aplomo y acierto en sus confrontaciones dialécticas con la Vicepresidenta De la Vega. El líder del PP puso sobre la mesa el crecimiento económico del primer trimestre del año, con la media de la UE muy por delante de España. "Llevamos dos trimestres consecutivos de aumento del paro -prosiguió Rajoy- y a esto hay que sumar la desaparición del superávit, el encarecimiento de las hipotecas y el rechazo de ustedes a las medidas que nosotros hemos propuesto; todo esto es muy grave, usted, señor Zapatero lo que genera con su actuación no es credibilidad, sino más bien desconfianza e incertidumbre, y por lo tanto debería rectificar".
"Lo que no vamos a hacer es tomar medidas equivocadas", contestó Rodríguez Zapatero después de pedirle a Rajoy un poco más de rigor en el manejo de los datos, porque, a su juicio, el dato relevante cuando se habla de crecimiento económico es el dato interanual, en el que España sigue por delante de la UE, y no el dato del último trimestre. El Presidente del Gobierno reconoció que estamos ante una desaceleración más intensa y más rápida de lo que esperaban, debido a la evolución de los precios del petróleo y de las materias primas y también por las incertidumbres que sufre el sistema financiero internacional. Rodríguez Zapatero insistió en que España tiene fundamentos más sólidos que los países de la UE para enfrentarse a la crisis y se mostró convencido de que se recuperarán pronto unas tasas de crecimiento cercanas al 3 por ciento. Unas tasas que en todo caso -aseguró- permitirán al Gobiern ocumplir sus compromisos de gasto social en capítulos como las becas, las pensiones mínimas o las ayudas para el acceso a la vivienda.
En relación con el aeropuerto de El Prat, Rodríguez Zapatero aseguró, en respuesta a una pregunta de Josep Antoni Durán I Lleida, que en estos momentos es la obra civil más importante de España y tendrá una capacidad de 90 operaciones de vuelo o despegue a la hora cuando estén ejecutados los 5.000 millones de inversión previstos. Y por lo que se refiere a los accidentes nucleares -cuestión que le había planteado Joan Herrera- el Presidente desvió la responsabilidad hacia el Consejo de Seguridad Nuclear, que debe extremar las medidas preventivas "para que no se produzca ningún incidente" como el sufrido por la planta de Ascó el pasado mes de abril.
EL PP BAJA Y RAJOY SUBE, SEGUN EL CIS
Al día siguiente de esta sesión de control, el Centro de Investigaciones Sociológicas publicó su barómetro del mes de Abril, en el que se refleja una caída en la intención de voto hacia los populares y al mismo tiempo una mejora de la nota que la ciudadanía otorga a Mariano Rajoy. Ambas cosas son compatibles y están dentro de lo que cabría esperar. Aunque la intención de voto hacia el PP puede haberse visto perjudicada por su actual debate interno, lo lógico es que en la primera encuesta tras las elecciones la distancia entre el ganador y el perdedor aumente. En el año 2004 el primer barómetro del CIS después de 14-9 reflejaba diez puntos de diferencia entre socialistas y populares, mientras que ahora esa diferencia es de tan sólo seis puntos. Sin duda Pepiño Blanco tendría que habérselo pensado mejor antes de decir que "el PP está en caída libre". Un poco de rigor en el análisis de los datos no le vendría mal, como pedía su jefe en la sesión de control del miércoles.
Y por otra parte, es lógico que la nota de Rajoy mejore, aunque al mismo tiempo aumente el número de ciudadanos que dicen no confiar en él. Los encuestados que no son votantes del PP aprecian los esfuerzos del líder popular para centrar, templar y moderar a su partido y por eso tienden a subir la calificación que les merece, aunque sigan sin confiar en él como posible destinatario de su voto. Y una parte de los votantes populares están cabreados con su líder porque lo encuentran demasiado blando frente a los socialistas; de ahí que crezca el número de los que dicen desconfiar. Pero todo esto tiene que dar muchas vueltas, la legislatura acaba de comenzar y 2012 es un horizonte demasiado lejano. El horizonte más cercano lo configuran el congreso del PP, la Eurocopa de fútbol, las aguerridas carreras de Nadal sobre la tierra batida de Roland Garros y Pau Gasol, que lo mismo se convierte en el primer español que gana el anillo de la NBA.
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