El Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ha propuesto hoy en el Congreso la negociación de un pacto de Estado con todas las fuerzas políticas para definir la política española sobre inmigración. Según Corbacho, este acuerdo es necesario para conseguir "las deseadas cotas de legalidad y control, de integración social, de cohesión y de convivencia". Durante su comparecencia en el Congreso, el titular de Trabajo ha defendido la actitud del Gobierno socialista en relación con la polémica directiva europea de retorno. "Lo importante de esta directiva -ha señalado- es que constituye un paso más hacia una política común de inmigración en toda la Unión Europea". Ha destacado, asimismo, que la directiva tenía que adoptarse por consenso y de ahí que establezca unos mínimos comunes que, en todo caso, respetan las legislaciones nacionales más avanzadas o más garantistas. La razón de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero no se haya opuesto al largísimo período de retención de extranjeros que establece la directiva es que "en España no se aplica", porque es de cuarenta días, aunque se está estudiando la ampliación.
Corbacho ha insistido en que todos los inmigrantes que quieran venir a España, habrán de hacerlo inexcusablemente ligados a un contrato de trabajo y garantizando que su llegada responde a las necesidades de nuestro propio mercado laboral. Y además ha propuesto "una reflexión" para definir de manera más estricta el derecho a la reagrupación familiar, porque "nadie discute el derecho de los inmigrantes a esa reagrupación, pero debemos delimitar qué familia y en qué condiciones".
En respuesta a Gaspar Llamazares, que le había acusado de endurecer el discurso del Gobierno y llevar a cabo una involución, Corbacho ha subrayado que se opone a toda política de regularización masiva, aunque fuera verdad que hoy vivan en España medio millón de personas "no expulsables".
El portavoz del PP, Rafael Hernando, ha explicado que entre 2003 y 2008 los permisos de residencia han crecido desde 1,7 a 4,2 millones. "Ningún país -concluía Hernando- puede integrar a tantas personas en tan poco tiempo, y esta situación de ahora se debe a la política de papeles para todos que ustedes aplicaron durante la legislatura anterior". Desde esta posición crítica, Hernando se ha mostrado favorable al diálogo sobre política migratoria en general y sobre la reagrupación familiar y la ampliación del período de retención en particular. El portavoz popular se ha felicitado porque "España, con su implicación en la directiva de retorno, ha dejado de adoptar, unilateralmente, iniciativas contrarias a los criterios mayoritarios dentro de la Unión Europea".
Al comienzo de su intervención, Celestino Corbacho, ha señalado que la "inmigración y la incorporación de la mujer al mercado laboral constituyen los aspectos esenciales del gran cambio que ha experimentado la sociedad española en los últimos quince años. Según los datos que ha facilitado, en 1.999 había 335.000 extranjeros afiliados a la Seguridad Social; a mediados de 2.008 son más de dos millones.
Mientras seguía el debate en la Sala Internacional del Congreso, estaba yo acordándome de cómo en esta Europa que endurece su política contra la inmigración se acogía con los brazos abiertos a los europeos del Este que lograban escapar del Telón de Acero. A nadie, entonces, se le ocurría exigir que la llegada de extranjeros sólo era admisible si venían con su contrato de trabajo en la mano y demostraban que su llegada era compatible con las necesidades de nuestro mercado laboral. Simplemente se les reconocía su derecho a luchar por una vida mejor. Era fácil, entonces, colgarse las medallas de la solidaridad frente a las miserias de las dictaduras comunistas. Ser solidarios frente al hambre y la pobreza parece que no resulta tan fácil. No estamos dispuestos a compartir nuestra riqueza con los que hoy luchan por una vida mejor. A veces pienso que este fenómeno de la inmigración es un ejemplo de libro de aquella lucha de clases que Marx definía como el motor de la historia. Un ejemplo de libro a escala planetaria.
Rescate, bancos, fortunas y calcetines
Hace 4 años
2 comentarios:
M Sant Macía
Hola Santiago: en anteriores ocasiones mi comentario ha versado sobre el tema que tratabas. En esta ocasión voy a variar porque lo que me ha movido a participar ha sido sobre todo, sin menoscabo del tema, la calidad de la crónica que me ha parecido de una factura excelente, lo cual me lleva a reflexionar sobre lo descabellado de este "orden" que a profesionales que como tú estaís en un momento de máximo rendimiento profesional, una regulación de empleo os manda a casa. Me parece un despilfarro social y un sinsentido.
Lo bueno de recibir pocos comentarios, aunque elogiosos hasta el presente, es que uno puede contestarlos a todos. Quiero agradecer sus palabras a M Sant Maciá, uno de mis lectores más queridos.
Estoy de acuerdo con su visión de las prejubilaciones como un despilfarro social. Por lo menos nos queda este refugio que es Internet, aunque el sentimiento de pérdida no te lo quita nadie.
Publicar un comentario