martes, 20 de mayo de 2008

¿CONOCE IBARRECHE EL PAÍS EN QUE VIVE?

"Reconozcamos que no conocemos bien nuestro país". Esta es una de las afirmaciones, despiadadamente autocríticas, que se hacen en el documento interno que han preparado el Coordinador General de Izquierda Unida y un centenar largo de destacados militantes de la coalición de izquierdas. Me estaba acordando de esta frase mientras escuchaba la rueda de prensa ofrecida por el Lehendakari Ibarreche después de su encuentro con Rodríguez Zapatero en La Moncloa. Un encuentro que ha terminado con desacuerdo total entre los dos interlocutores. Ibarreche se queja de que el Jefe del Gobierno se niega a pactar con el Lehendakari lo que estaba dispuesto a firmar con la banda terrorista ETA; y Rodríguez Zapatero reprocha al Jefe del Gobierno Vasco su incapacidad para comprender que todo proyecto político de futuro tiene que ser, primero, un acuerdo entre vascos y, segundo, estar dentro del marco establecido por la Constitución española.
Y ahí comienzan mis dudas acerca el grado de conocimiento que pueda tener Ibarreche sobre España. Yo creo que ni siquiera se ha leído la Constitución y por eso dice cosas como esta: "de la misma manera que el Parlamento Vasco no puede imponer su criterio a toda la sociedad española, las Cortes Españolas no pueden imponer su criterio a la sociedad vasca". O sea, que el Lehendakari no conoce o no comparte el concepto de soberanía nacional, dentro de sus ensoñaciones no hay espacio para la idea de que las Cortes nos representan a todos, con independencia de cuál sea el rincón del territorio en que nos ha tocado vivir. He aquí otra de las perlas que hemos podido escuchar a Ibarreche: "Euzkadi no es una parte subordinada de España y el futuro de los vascos nunca se decidirá en Madrid, nunca". Hay que ver la perra que tienen algunos con Madrid, cuando la capital del Reino pudo haber estado en cualquier otro sitio. De hecho, el futuro de los vascos podría decidirse perfectamente en Vitoria, Bilbao o San Sebastián...si el parlamento nacional tuviera su sede en cualquiera de esas ciudades.
¿Es la Alcarria -ese hermoso país al que a la gente no le da la gana de ir- una parte subordinada de España? ¿Son mi brazo derecho o mi oreja izquierda una parte subordinada de mi cuerpo? No entiendo este lenguaje de Ibarreche. Un lenguaje irritante y provocador que me lleva a la convicción de que tampoco conoce la historia en general y menos aún la historia particular de España. Porque a lo largo de la historia -que está ahí a disposición de quien quiera aprender algo de ella- cada vez que un dirigente político se ha dedicado a promover planteamientos como los del Lehendakari la cuestión ha acabado dirimiéndose por la vía de las armas. ¿Qué diría la clase política francesa si de pronto llegara a París un dirigente regional de Bretaña o de Alsacia asegurando que de ninguna manera son esos territorios una parte subordinada de Francia? Creo que le buscarían plaza en un psiquiátrico.
Decía Ibarreche después de su entrevista con Rodríguez Zapatero que ve a los socialistas enrocados y con el único proyecto de que se adelanten las Elecciones Autonómicas en el País Vasco. Posiblemente esa sería la mejor y más digna salida también para él, después del camino a ninguna parte que se empeña en recorrer. Que los ciudadanos elijan un nuevo parlamento regional, elección de la que saldrá, casi con toda seguridad, lo que ha salido siempre: que el Estatuto de Autonomía, tan perfectible como se quiera, es el punto de encuentro para la gran mayoría de los ciudadanos vascos. Y que cualquier intento de forzarlo, rompiendo de paso las costuras de nuestro traje constitucional, sólo puede llevar al enfrentamiento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

M.Sant Macía
Hola Santiago.
Respondiendo a tu pregunta de si Ibarreche conoce el país en que vive, podría afirmar que no, sino fuera porque el primer escollo co que tropiezo para hacer algún analisis del personaje, es que me resulta imposible meterme en la piel de los nacionalistas. Pertenezco a ese grupo de personas a las que incluso el patriotismo nos queda ancho.
los nacionalismos en general y el vasco en particular, son como la religión. El premio nunca está aquí y ahora; siempre está e otra dimensió y en otro tiempo. En las religiones llega despues de la muerte y en los nacionalismos, despues de lcanzar la independencia.

Anónimo dijo...
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