LA CRISIS (O DESACELERACIÓN ACELERADA) CASI NOS GOLPEA EN INNSBRUCK

Pasé la tarde del sábado primero esperando que llegara la hora del partido contra Suecia y luego sufriendo al ver que no había manera de batir a la correosa defensa amarilla. El empate podía servir para pasar a la siguiente fase, pero el riesgo de que nos marcaran un gol en una jugada a la contra me tuvo lleno de desasosiego toda la segunda mitad. Además no me gusta nada ese estúpido y agresivo "¡a por ellos!" que la afición ha abrazado con tanto entusiasmo. A ver si Torres aprende algo de los cánticos de Anfield Road y les da unas clases a los seguidores españoles.
En fin, el caso es que en el último minuto, en una jugada de fortuna, apareció Villa y consiguió con gran habilidad y precisión su cuarto gol en esta Eurocopa. Alguna vez tiene que favorecernos la suerte, y los suecos, por otra parte, tampoco habían hecho méritos, ni siquiera para empatar. Bienvenido sea este broche final para una semana en la que la huelga de camioneros nos tuvo un poco acogotados, sobre todo al principio, cuando los comestibles comenzaron a desaparecer de las estanterías.