En días pasados, el portavoz del Partido Socialista en el Congreso tuvo la amabilidad de concederme una entrevista para Diario de Alcalá, un periódico local que se publica en Alcalá de Henares. Como sabéis por lo que decía en la entrada "fundacional" de este cuaderno de bitácora, en la villa complutense están mis lectores favoritos. Os ofrezco aquí un extracto de la conversación con López Garrido, que se produjo en la mañana del viernes, día 15 de febrero, al tiempo que el CIS hacía públicos los datos de su última encuesta, en la que pronostica empate técnico entre socialistas y populares.
Pregunta.- ¿Le ha sorprendido esa escasísima diferencia entre socialistas y populares?
Respuesta.- No tiene mucho sentido preocuparse por interpretar las encuestas. Lo que importa de verdad es lo que digan los ciudadanos el día 9 de Marzo. Y yo estoy seguro de que la mayoría sabrá apreciar los avances extraordinarios conseguidos por España en la pasada Legislatura.
P.- Rodríguez Zapatero ha reconocido que les viene bien un cierto grado de tensión política para movilizar a su electorado...
R.- Sinceramente, lo que dijo en su conversación con Iñaki Gabilondo me parece de Perogrullo; y no sé por qué algunos se escandalizan tanto. Las campañas electorales están pensadas para eso. Para aumentar la tensión competitiva entre partidos que pugnan por obtener la confianza de los electores. Así aumenta la participación y nosotros queremos que haya la mayor participación posible.
P.- Entonces, esa tensión política de la que hablaba Rodríguez Zapatero no tiene nada que ver con la famosa crispación...
R.- Absolutamente nada que ver. Una cosa es la competición entre fuerzas políticas y otra la crispación que ha promovido el PP con su discurso catastrofista. La crispación provoca el hastío de la gente, invita al abstencionismo. Y el PP quiere justo lo contrario que nosostros, es decir, que haya la menor participación posible.
P.- ¿Y la irrupción de la jeraquía de la Iglesia en contra el Gobierno y casi pidiendo el voto para el PP puede influir en esa movilización de los electores?
R.- No lo sé. No tengo ni idea. Pero me parece que lo ideal sería que la Iglesia católica no hubiera tenido esa actuación, con independencia de que favorezca o no favorezca al Gobierno. Nosostros hemos querido poner las cosas en su sitio. Porque lo que no puede decir la Iglesia es que la democracia se disuelve porque determinadas leyes, como la del matrimonio homosexual, amplían los derechos de la gente. Y lo que no puede hacer es utilizar la negociación con los terroristas de una manera tan hipócrita, porque ellos han hecho de intermediarios en otros intentos de diálogo que también fracasaron.
"NO NEGOCIAREMOS NINGUN ACUERDO POLÍTICO SOBRE BASES INCONSTITUCIONALES"
P.- Una pregunta más al hilo de la tensión política y la movilización electoral. ¿ Qué le ha parecido la solución que se han encontrado para los debates cara a cara?
R.- Muy buena. Es la que proponíamos los socialistas. Era inaceptable la propuesta del PP para limitar un asunto como este, que es de interés general, a sólo dos televisiones privadas y marginando al resto y sobre todo a la Radiotelevisión pública. En realidad, el PP se ha estado resistiendo porque, cuando ellos gobernaron, se suprimieron los debates en televisión; y ahora que gobernamos los socialistas, vuelve a haber debates.
P.- Hablábamos hace un instante de terrorismo. ¿La credibilidad de Rodríguez Zapatero como gobernante no se ha visto dañada después de reconocer que siguieron los contactos con ETA tras el atentado de la T4?
R.- Lo que yo puedo decir es que este Gobierno ha sido transparente. Es el primero en la historia de la democracia que va al Parlamento y plantea la necesidad de una autorización para el diálogo. Y ese diálogo se inicia a raíz de un tregua permanente por parte de los terroristas, y cuando llevábamos tres años y medio sin ningún asesinato. El Gobierno tenía no sólo el derecho, sino la obligación de explorar la posibilidad de poner fin a esta lacra. Es hipócrita negarlo, porque cualquier Gobierno habría hecho lo mismo. Y con la bomba de la T-4 se acabó el proceso de diálogo; y el Gobierno ha sido implacable contra los terroristas, como demuestran los hechos.
P.- Pero precisamente las críticas a Rodríguez Zapatero se basan en que dijo que el diálogo se había acabado y luego ha reconocido que los contactos siguieron a través de mediadores internacionales...
R.- Bueno, los dirigentes del PP deberían ser más prudentes y más cautelosos en sus críticas al Gobierno a la luz de los hechos. Nunca se sabe lo que puede pasar, pero en la última legislatura del PP hubo 240 muertos por actos terroristas y en la legislatura de Rodríguez Zapatero tan sólo 4 muertos. y ahí están los muchos atentados que se han evitado. La actuación del Gobierno ha sido impecable. Y la realidad incontestable es que hoy somos más fuertes contra el terrorismo.
P.- ¿ Y también ha sido impecable la actuación contra formaciones como ANV y PCTV, que apoyan a los terroristas? Mucha gente piensa que el Gobierno ha actuado de forma oportunista al pedir ahora su ilegalización, cuando les permitió presentarse a las Municipales.
R.- Es que en este terreno no se actúa por un principio de oportunidad política, sino por un principio de legalidad democrática. Y a mí me parece que la actuación del estado de derecho ha sido exquisita. Porque hay que recordar que quien inicia el proceso de ilegalización no ha sido el Gobierno, sino el poder judicial independiente; y lo ha hecho cuando disponía de pruebas e indicios suficientes, obtenidos después de las últimas detenciones.
P.- Imaginemos que Rodríguez Zapatero necesita los votos del PNV para conseguir la investidura y ellos ponen encima de la mesa, como decía Iñigo Urkullu el otro día, el llamado derecho a decidir. ¿Qué responderían ustedes?
R.- Que eso es inconstitucional y ellos lo saben. Y saben de sobra cuál sería la respuesta: el Plan Ibarretxe es inconstitucional y nunca aceptaremos un pacto basado en planteamientos que se salen de la Constitución. Repito, nada que sea inconstitucional va a ser objeto de acuerdo con ningún partido político.
P.- Antes de la investidura, hay que ver los programas. ¿Qué propuestas pueden ser las que inclinen la balanza de uno u otro lado?
R.- A mí me parece que una cosa decisiva es la credibilidad. Se puede prometer la Luna, y el PP está haciendo promesas, a cual más extremista, con tal de conseguir titulares de prensa. Pero la gente no te va a votar por eso, la gente te va a votar si confía en tí.
Los votantes no pueden confiar en los mismos que promovieron el Decretazo, fueron a la guerra de Irak o gestionaron de forma miserable la crisis ocasionada por los atentados del 11M.
P.- ¿A qué se refiere cuando habla de promesas extremistas?
R.- Me refiero, por ejemplo, a la política sobre inmigración. El PP lo que quiere es convertir a los inmigrantes en un estorbo, quiere retirarles los derechos; y nosostros defendemos una política basada en los mismos derechos y las mismas obligaciones para los extranjeros que viven con nosotros.
P.- ¿ Y qué prometen los socialistas para ganarse la confianza de los ciudadanos?
R.- Lo que nosotros decimos es: queremos consolidar el cambio profundísimo experimentado por España en estos cuatro años. Queremos seguir expandiendo los derechos ciudadanos, aplicar las leyes sociales que hemos aprobado, y recuperar la senda del crecimiento económico. En definitiva, seguir mejorando la vida de la gente. Y el partido que tiene credibilidad para llevar a cabo todo eso es el PSOE, que lo ha impulsado a lo largo de todo el mandato; y no el PP, que ha estado sistemáticamente en contra.
P.- ¿ Y no temen que los malos datos económicos de última hora influyan más que el balance de toda la Legislatura?
R.- Yo creo que no, porque eso es como si vas ganando ocho a cero y al última hora te meten un gol. No por eso deja de ser una gran victoria. Es verdad que a última hora ha subido el número de parados y se ha incrementado la inflación. Pero ahí están los tres millones de empleos creados. Y eso significa tres millones de familias que han visto mejorar su situación. Y ahí están el saneamiento de las cuentas públicas, que ahora permitirá devolver 400 euros a los ciudadanos; ahí están las leyes sociales, como la de Ayuda a las personas Dependientes; y ahí está la mejora del Salario Mínimo Interprofesional. Y lo que queremos es consolidar y profundizar todo eso, si los ciudadanos nos dan su confianza.
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