La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas pronostica para el 9-M una victoria del Partido Socialista por tan sólo 1,5 puntos de diferencia. De ser ese el resultado final, la diferencia entre el partido del Gobierno y el primer partido de la Oposición sería de unos 6 diputados, teniendo en cuenta que tanto PSOE como PP obtienen casi cuatro escaños por cada punto de respaldo electoral en las urnas. Por ejemplo, en 2.004 el PSOE, con el 42,6 por ciento del voto, obtuvo 164 diputados; y el PP, con el 37,4, consiguió 148. En esta ocasión, el CIS atribuye al Partido Socialista entre 158 y 163 escaños y al PP entre 153 y 157. Falta todavía toda la campaña electoral propiamente dicha y faltan los debates cara a cara, de modo que pueden pasar muchas cosas de aquí al segundo domingo de marzo. Pero, si el CIS acierta, estaríamos, en efecto, ante el resultado más estrecho en toda la historia de la democracia española. Hasta ahora, ese récord corresponde a las Elecciones del 96, ganadas por el PP de José María Aznar con una diferencia de 15 escaños.
Estamos, pues, ante una situación de empate técnico, en la que, como decía el sociólogo José Juan Toharia en un artículo publicado en El País, "el partido está aún por jugar y su resultado dependerá del número de ciudadanos que finalmente decidan bajar a la cancha electoral para participar en el mismo". Otra característica destacable de la encuesta del CIS es que resulta del todo coherente con las que ha venido publicando a lo largo de toda la Legislatura y que, sistemáticamente, nos decían lo mismo: el Partido Socialista, a pesar de los logros indiscutibles de su gestión, no consigue despegarse del PP en intención de voto. Es verdad que ha habido momentos de mayor ventaja, pero, en general, el llamado empate técnico ha sido la nota dominante en el período 2.004-2.008. Cabe recordar, a este respecto, lo ocurrido en las Municipales de 2.007: el PP ganó en número total de votos, aunque el PSOE viera aumentar su poder local y autonómico gracias a los pactos postelectorales.
Por todo lo dicho anteriormente, resulta incomprensible la descalificación que se ha hecho de los datos del CIS desde algunos sectores. Por ejemplo, el diario El Mundo, que apuesta descaradamente por un triunfo del PP, decía en su editorial del sábado día 16: "hay razones legítimas para sospechar que el considerable acercamiento del PP que refleja el sondeo guarda relación con esa estrategia de la tensión y la dramatización de Zapatero, que cree probablemente que su victoria depende de la movilización de la izquierda". Y Gaspar Llamazares, en un desayuno celebrado el lunes día 18, aseguraba que "todos en el interior del PSOE son conscientes de que el 9-M habrá en las urnas una mayoría socialista, pero siguen dramatizando porque quieren la mayoría absoluta".
Al líder de IU quizá se le puede disculpar porque se está jugando su propia supervivencia política y además tiene motivos de sobra para quejarse de un sistema que empuja desaforadamente hacia el bipartidismo, un sistema tan injusto que apenas otorga a su formación un escaño por cada punto de voto popular, es decir, una cuarta parte de los que concede a los grandes. Pero en el caso de los medios de comunicación, no hay disculpa posible para unas descalificaciones que son tanto más contradictorias cuanto que ellos mismos han venido informando a lo largo de cuatro años sobre la persistente igualdad PSOE-PP en intención de voto.
Esa igualdad, más acusada aún que la que se dió en el 96, va a obligar a los contendientes a poner toda la carne en el asador en lo que nos resta de campaña. Un ejemplo insuperable de esa estrategia de recurrir a todas las armas disponibles, nos la ofrecía el diario El País, que quiere la vitoria del PSOE, en su edición del pasado domingo. Millones de lectores pudieron ver una portada dominada de arriba abajo por una extraordinaria fotografía de la extraordinaria Marisa Flórez. Una fotografía de corte familiar, directa al corazón de unos electores que acababan de celebrar San Valentín, y en la que aparecía un relajado y sonriente ZP amorosamente abrazado por una bella y aún más sonriente Sonsoles Espinosa. Una foto impagable. Es conocida la aversión de la esposa del Presidente del Gobierno por la pompa y circunstancia de la vida pública. Pero, llegada la hora de la verdad, parece decidida a emplearse a fondo para ayudar a su marido. El periódico dirigido por Javier Moreno promete para el próximo domingo un perfil similar del líder del PP. Ya veremos si resulta igual de favorecedor. De momento, lo único que podemos decir, queridos amigos, es que esa foto de Rodríguez Zapatero y Sonsoles Espinosa a toda plana es la foto que todo hombre, y supongo que toda mujer también, desearía tener siempre a mano para mirarla despacio en las duras encrucijadas de la vida.
CAIXAFORUM SE ESTRENA CON EL ESPÍRITU DE GRECIA Y ROMA EN EL PASEO DEL PRADO
Estamos, pues, ante una situación de empate técnico, en la que, como decía el sociólogo José Juan Toharia en un artículo publicado en El País, "el partido está aún por jugar y su resultado dependerá del número de ciudadanos que finalmente decidan bajar a la cancha electoral para participar en el mismo". Otra característica destacable de la encuesta del CIS es que resulta del todo coherente con las que ha venido publicando a lo largo de toda la Legislatura y que, sistemáticamente, nos decían lo mismo: el Partido Socialista, a pesar de los logros indiscutibles de su gestión, no consigue despegarse del PP en intención de voto. Es verdad que ha habido momentos de mayor ventaja, pero, en general, el llamado empate técnico ha sido la nota dominante en el período 2.004-2.008. Cabe recordar, a este respecto, lo ocurrido en las Municipales de 2.007: el PP ganó en número total de votos, aunque el PSOE viera aumentar su poder local y autonómico gracias a los pactos postelectorales.
Por todo lo dicho anteriormente, resulta incomprensible la descalificación que se ha hecho de los datos del CIS desde algunos sectores. Por ejemplo, el diario El Mundo, que apuesta descaradamente por un triunfo del PP, decía en su editorial del sábado día 16: "hay razones legítimas para sospechar que el considerable acercamiento del PP que refleja el sondeo guarda relación con esa estrategia de la tensión y la dramatización de Zapatero, que cree probablemente que su victoria depende de la movilización de la izquierda". Y Gaspar Llamazares, en un desayuno celebrado el lunes día 18, aseguraba que "todos en el interior del PSOE son conscientes de que el 9-M habrá en las urnas una mayoría socialista, pero siguen dramatizando porque quieren la mayoría absoluta".
Al líder de IU quizá se le puede disculpar porque se está jugando su propia supervivencia política y además tiene motivos de sobra para quejarse de un sistema que empuja desaforadamente hacia el bipartidismo, un sistema tan injusto que apenas otorga a su formación un escaño por cada punto de voto popular, es decir, una cuarta parte de los que concede a los grandes. Pero en el caso de los medios de comunicación, no hay disculpa posible para unas descalificaciones que son tanto más contradictorias cuanto que ellos mismos han venido informando a lo largo de cuatro años sobre la persistente igualdad PSOE-PP en intención de voto.
Esa igualdad, más acusada aún que la que se dió en el 96, va a obligar a los contendientes a poner toda la carne en el asador en lo que nos resta de campaña. Un ejemplo insuperable de esa estrategia de recurrir a todas las armas disponibles, nos la ofrecía el diario El País, que quiere la vitoria del PSOE, en su edición del pasado domingo. Millones de lectores pudieron ver una portada dominada de arriba abajo por una extraordinaria fotografía de la extraordinaria Marisa Flórez. Una fotografía de corte familiar, directa al corazón de unos electores que acababan de celebrar San Valentín, y en la que aparecía un relajado y sonriente ZP amorosamente abrazado por una bella y aún más sonriente Sonsoles Espinosa. Una foto impagable. Es conocida la aversión de la esposa del Presidente del Gobierno por la pompa y circunstancia de la vida pública. Pero, llegada la hora de la verdad, parece decidida a emplearse a fondo para ayudar a su marido. El periódico dirigido por Javier Moreno promete para el próximo domingo un perfil similar del líder del PP. Ya veremos si resulta igual de favorecedor. De momento, lo único que podemos decir, queridos amigos, es que esa foto de Rodríguez Zapatero y Sonsoles Espinosa a toda plana es la foto que todo hombre, y supongo que toda mujer también, desearía tener siempre a mano para mirarla despacio en las duras encrucijadas de la vida.
CAIXAFORUM SE ESTRENA CON EL ESPÍRITU DE GRECIA Y ROMA EN EL PASEO DEL PRADO
Casi al mismo tiempo que la apertura oficial de la campaña electoral, se inaugura en el Paseo del Prado una exposición con las esculturas de Igor Mitoraj, un artista que trata de recuperar la filosofía que inspiró el arte de Grecia, de Roma y de los grandes maestros del Renacimiento. Las obras de Mitoraj, de tamaño gigantesco y marcado carácter arqueológico, se nos antojan restos mutilados de algún naufragio de las naves griegas o romanas, y nos invitan a una reflexión sobre esa búsqueda de la belleza que ha impulsado a los creadores de todos los tiempos. Con esta exposición, comienzan las actividades de CaixaForum, el nuevo centro social y cultural de La Caixa en la capital de España. El edificio, lleno de alardes técnicos, ha sido construído en el solar que ocupó, a principios del siglo XX, una central eléctrica que suministraba energía a la zona sur de Madrid.
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