"No dejes de sonreir nunca, porque tienes una sonrisa muy bonita". Esto fue lo que le dijo la Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, a José Luis Rodríguez Zapatero cuando se conocieron en un mitin. Salvo error u omisión, esa es la mayor aportación hecha hasta ahora por la señora Aído a la historia del socialismo español. También hizo otra aportación, aunque de nivel algo menor, durante los días en que se estaba "cocinando" el nuevo Gabinete surgido de las Elecciones del 9 de Marzo. Después de acudir a la llamada de Moncloa, la joven Bibiana llamó a casa y exclamó: ¡papá, que me van a hacer ministra! Este pasado lunes, después de su comparecencia en el Congreso, hemos sabido que, como dice su jefe, lo mejor de Aído está por llegar. Lo supimos desde el momento en que agradeció la presencia y la atención que le prestaron los "miembros y las miembras" de la comisión correspondiente de la Cámara Baja.
¿Qué se puede hacer, queridos lectores, con una ministra, un gobernante -sea hombre o mujer- que insulta a nuestra inteligencia de una manera tan zafia? ¿Qué se debería hacer con alguien que, en aras de una insoportable modernidad o progresía, se permite decir "miembros y miembras" desde una tribuna -la del Congreso- por la que alguna vez pasaron los mejores oradores y escritores de nuestra querida España? Esto es todavía peor que lo de "los vascos y las vascas" que hemos tenido que oirle a Ibarreche hasta la náusea. Esto es una patada, un vil atentado, a esa patria común que es el idioma, un estulticia del mismo jaez que aquella de "los jóvenes y las jóvenas" que en mala hora se le ocurrió al señora Carmen Romero, esposa de Felipe González, profesora de literatura y diputada por Cádiz. Espero que los electores le den su merecido a la señora Aído cuando llegue la hora.
Esta increíble levedad de la Ministra de Igualdad, titular de un departamento ridículo concebido sólo como un escaparate para dar satisfacción a ese feminismo descerebrado que nos invade, hemos tenido que presenciarla mientras el país se ve amenazado por la huelga de transportistas. Ahí es donde queremos ver al Gobierno del señor Rodríguez Zapatero: negociando y buscando soluciones viables para los problemas reales que afectan a los ciudadanos. Le queremos ver garantizando el abastecimiento, imponiendo unos servicios mínimos razonables, evitando que los huelguistas -por comprensibles que sean sus quejas y razones- tomen como rehenes al conjunto de los ciudadanos. Esta huelga sí que es una buena piedra de toque para calibrar la competencia de los gobernantes y no la "genialidad" de doña Bibiana Aído al proponer un teléfono de asistencia para que los presuntos maltratadores canalicen su agresividad por esa vía. Una ocurrencia a la altura de "los miembros y las miembras" y que, como decía esta mañana el editorial de El Mundo parece un chiste que no se le hubiera ocurrido ni al socialista Gila.
Rescate, bancos, fortunas y calcetines
Hace 4 años
1 comentario:
Hola Santiago, las miembras pueden estar tranquilas. Sinceramente creo que se te ha ido la mano. Lo más imortante de un gobierno es que haga su trabajo y de si lo está haciendo, si además bien o mal, ya hablaremos en otra ocasión. Dicho esto, tienes razón en que se podría exigir un mínimo de compostura lingüística. Pero claro, si no recuerdo mal, los pasados gobernantes del PP también tenían lo suyo. Quizás, al menos en este nivel, siempre nos quedará Durán que le pega patadas al diccionario, cierto, pero lo hace de una forma muy elegante. Un saludo.
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